EFE
Tokio, Japón.- El América de México resolvió su debut en el Mundial de Clubes con una victoria ante el Jeonbuk Hyundai Motors sudcoreano y consiguió el preciado billete para enfrentarse al FC Barcelona en las semifinales del torneo.
El defensa Ricardo Rojas fue el héroe del partido al apuntarse el único gol del encuentro, con una aparición providencial en el área pequeña de la formación asiática.
El conjunto que dirige Luis Fernando Tena pudo así suavizar ese sabor amargo que aún arrastra por su eliminación en las semifinales del Torneo Apertura mexicano y al mismo tiempo ponerse a soñar con cotas más altas.
Bajo la atenta mirada del técnico azulgrana, Frank Rijkaard, sentado en la grada, el América demostró que sabe desenredar partidos espesos con mucha paciencia.
Dos ritmos de juego diferente se enfrentaron en el vetusto Estadio Nacional de Tokio, la pausa y el control latinoamericanos contra la impaciencia y el frenesí sudcoreanos.
Las Águilas no tardaron en tomar el mando del partido, durmiendo el balón en el centro del campo, con la esperanza de conectar con alguna de las veloces arrancadas de Claudio López.
El ?Piojo? a punto estuvo de aprovecharse de una desastrosa salida del portero sudcoreano fuera del área. Kwoun ni llegó a controlar el balón, ni a despejarlo, dejándolo en las botas del delantero argentino, cuyo disparo se fue fuera, pegado a la cepa de uno de los postes.
El América tocaba y tocaba ganando metros hasta que tenía arrinconado a su rival, más preocupado en vigilar a la terna de ataque mexicana López-Blanco-Cabañas que en su propia capacidad ofensiva.
Claudio López se encargó de asustar de nuevo a la escuadra asiática pero remató mal de espuela un centro envenenado de Cabañas.
En la segunda parte el Jeonbuk salió con más confianza y comenzó a llegar con frecuencia al área mexicana. El primer aviso sudcoreano llegó a los tres minutos de la reanudación al rematar de chilena Lim You-Hwan. Una clara muestra de que los asiáticos le habían perdido el respeto al conjunto mexicano.
Quince minutos después Botti, uno de los dos cariocas del Jeonbuk, tuvo la ocasión más clara del partido y obligó a lucirse a Ochoa que detuvo con solvencia un tiro raso.
El partido se había abierto para ambos conjuntos y fue entonces cuando Cabañas controló un pase largo en el lateral derecho y metió un balón raso en el área pequeña que acabó en el fondo de las mallas, empujado por un Ricardo Rojas que entraba como una locomotora.
Aún quedaban doce minutos para el final, pero el Jeonbuk no pudo hacer gala de su fama de ?rey de las remontadas? e incluso pudo haber perdido por una mayor renta si Cabañas no hubiera fallado.
fallara.se hubiera mostrado más acertado en varios contraataques.