Brasil le gana a Australia por dos a cero sin haber mostrado realmente todo lo que uno espera del Scratch de Oro. Adriano abre el marcador al minuto 49, tras recibir una asistencia de Ronaldo, y Fred, quien entró de cambio, liquidó el partido al final del mismo.
Para Brasil no fue un juego tranquilo, la constelación de estrellas pasaron muchos sustos defensivos y los australianos tuvieron muchas oportunidades de igualar el marcador.
Brasil, sea con el rival que sea, siempre genera gran expectativa, por ello esperábamos que contra Australia diera un mejor juego que en su debut, esperando que las grandes figuras del seleccionado brasileño, favorito para el título de campeón mundial, mostrara todo lo que uno espera de ellos.
El técnico Carlos Alberto Parreira volvió a apostar en su juego ofensivo, que con sus cuatro grandes estrellas, como son Kaká, Ronaldinho, Ronaldo y Adriano.
Un comentario al margen sobre estos dos últimos jugadores, Ronaldo y Adriano, sin desmerecer su gran calidad de atacantes, creo que la posición que ellos muestran dentro de la cancha se igualan y de alguna manera para la posición de centro delantero, ambos jugadores se clonan, perdiéndose la calidad y presencia de uno de ellos, por lo cual el poder ofensivo brasileño pasa a perder un jugador y a cuestionarse la calidad de uno de estos dos futbolistas.
Por parte de los australianos, la idea de repetir el buen juego que mostraron en el segundo tiempo ante Japón con el ingreso de Tim Cahill y John Aloisi, enseñando otra dinámica que le permitiera remontar un marcador adverso.
A pesar de ir perdiendo, Australia siempre mostró un toque preciso y tranquilo, sólo que a bajo ritmo, le faltó el toque final y el talento para definir una jugada.
Brasil fue protagonista de comienzo a fin, con mucha presencia individual de cada uno de sus jugadores, pero limitado en su esperado juego colectivo, que nos recreara con toque de buen futbol durante los 90 minutos de juego.
A pesar de no mostrarse constantemente por la posición que ahora juega en el seleccionado brasileño, Ronaldinho fue el gestor del primer gol del equipo brasileño en un pase a profundidad que mete desde la mitad del campo de juego.
La posición de este gran jugador que nos acostumbramos a ver en el Barcelona, puede llevarnos a cuestionar su calidad de futbolista, por la diferencia del juego del team de Parreyra, que le es encomendado a realizar.
Fue a partir del primer gol brasileño en que Australia empieza a generar las mejores ocasiones para igualar la cuenta en el marcador. Especialmente a través de Mark Viduka y Harry Kewell.
Finalmente fue el recién ingresado Fred, del equipo Lyon de Francia, quien le dio la tranquilidad a Brasil, cuando el juego había terminado, tras definir luego de un tiro de Robinho que había dado en el poste.
Final relajado para los Pentacampeones, quienes avanzan y acceden a la ronda de los verdaderos 16 favoritos, para dar inicio al verdadero Mundial de Alemania 2006.