El Siglo de Durango
Gritos, empujones, desesperación y connatos de riña caracterizaron la reinaguración de un centro nocturno ubicado en el fraccionamiento Lomas del Parque la noche del viernes.
Decenas de personas prefirieron romper las invitaciones que previamente se les hicieron llegar y s eretiraron a divertirse a otro sitio, al ver que su integridasd física corría peligro en la aglomerciaón que se formó para ingresar al reinaugurado centro de diversiones.
Con su invitación en la mano se presentaron alrededor de las 22:00 horas los asistentes a la reinauguración de un conocido centro nocturno ubicado en el fraccionamiento Lomas del Parque, la cuál señalaba el acceso personal hasta las 22:30 horas, dando a entender que hasta antes de la hora mencionada no se cobraría el derecho de admisión.
La multitud se empezó a aglomerar en la entrada como consecuencia de la mala organización y falta de logística por parte de los organizadores. El acceso al lugar se efectuaba lentamente, en grupos reducidos de cinco a seis personas aproximadamente; en momentos se cerraba la puerta y pasaban varios minutos antes de que volvieran a permitir la entrada, ocasionando que, varias personas empezaran a desesperarse.
Pasaban de las 10:30 de la noche y los invitados que entraban tenían que pagar su cover en una sola taquilla, lo que retardaba más el proceso de admisión.
La multitud se comprimía tratando de no pisar debajo de la banqueta, cuidando su integridad física, lo que por un momento fue imposible y se presentaron problemas al obstruirse la circulación vehicular. Las personas para tratar de no estorbar o ser arrolladas, se apretaban más unos contra otros.
No había modo de hacer fila, por lo que en la desesperación varios asistentes se dirigieron a la puerta trasera del recinto y con alambres la forzaron logrando abrirla, sólo que dentro del lugar había un guardia de seguridad que impedía la entrada.
Ante la mirada indiferente del personal de seguridad, la gente se aglutinaba cada vez más, lo que provocó desesperación y enojo entre los noctámbulos, enardeciendo los ánimos de las personas que estaban cerca del acceso de la puerta cerrada, quienes gritaban y pateaban la puerta en varias ocasiones.
Al no conseguir respuesta alguna lucharon contra la ?marea humana? que la oprimía y a base de luchas y empujones, bañados en sudor y con falta de aire se retiraron del lugar.
Alrededor de las 23:15 horas, la mayoría de la gente tiró al piso su invitación indignada por el trato y la indiferencia de quienes salvaguardaban el lugar y se dirigió a otro centro nocturno. Sólo los más pacientes e insistentes lograron entrar hasta pasada la media noche.
Este viernes por la noche el ambiente que invitaba a pasar unas horas de sana diversión y alegría, pero todo se truncó por la mala organización y la indiferencia de quienes, a pesar de haber convocado al recinto, no proporcjonaron el trato que los invitados esperaban.
