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Washington, EU.- El presidente George W. Bush confió ayer en que su Gobierno ganará la apelación que presentó contra el fallo que determina como institucional el programa de intercepción de comunicaciones telefónicas, dictado por una juez federal.
“Estoy en fuerte desacuerdo con esa decisión”, dijo Bush a reporteros en el retiro presidencial de Campo David, al defender que el programa instaurado tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 no es violatorio de la Constitución o Ley alguna.
El fallo fue emitido el jueves en Detroit por la juez federal de Distrito, Anna Diggs Taylor, quien además ordenó la cancelación del programa, lo que se convirtió en el segundo serio revés contra las políticas que Bush ha aplicado en su lucha contra el terrorismo.
Al término de su reunión con su Gabinete económico, el mandatario estadounidense dijo que aquellos que han exaltado este fallo “no entienden la naturaleza de la guerra que enfrentamos”.
“Hay que recordar que la semana pasada, un complot en Reino Unido para asesinar gente fue impedido. Este país está en guerra y debemos dar a quienes tienen la responsabilidad de proteger a Estados Unidos las herramientas necesarias”, dijo.
La decisión de Taylor fue apelada el mismo jueves por el Departamento de Justicia con instrucciones directas de Bush. “Creo que la apelación será ratificada”, señaló el mandatario.
El programa de intercepción de comunicaciones telefónicas era realizado por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés).
En su opinión legal, la juez federal indicó que aunque algunas de las acciones del Gobierno están amparadas por un marco legal, ello no sucede con este programa, donde se contravino la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA, por sus siglas en inglés).
Dicha Ley, aprobada por el Congreso en el año 1978, obliga al Gobierno a obtener una orden judicial para intervenir telecomunicaciones de civiles en Estados Unidos.
