VILLANOS |HACEN UN RECUENTO DE SUS MALDADES.
El Universal-AEE
Los famosos no están excentos de caer en las tentaciones.
MÉXICO, DF.- En películas y telenovelas hay personajes que han cometido con desfachatez todos los pecados capitales. Aquí se hace un recuento de ciertos villanos que, como decían los abuelos, ?no tienen perdón de Dios?.
Y aunque esto no es un confesionario, algunos actores y cantantes aprovechan la Semana Santa para confesar el pecado capital al que han sucumbido en la vida real.
Soberbia
Tentadora como una joya, Rubí (Bárbara Mori) es el personaje de telenovela que representa la soberbia, pecado que la lleva a la desgracia. Ella es capaz de matar y sobajar a quien se interponga en su camino, aunque al final no logra sus objetivos.
En la vida real, Karina, la hermosa venezolana, quien fue todo un éxito en México a finales de los 80 y ahora es maestra en el programa Cantando por un sueño, confiesa su pecado.
?Yo fui soberbia de muy chava. Cuando tenía 18 años pensaba que podía comerme el mundo de un sólo bocado, y creía que todo era eterno, pero no es verdad. A los artistas se nos va la onda con la soberbia y hay que controlarla, pero creo que a través del tiempo uno lo va logrando?.
La canción que la hizo famosa quizá también podría ser su lección de vida: ?Sé cómo duele comprender, cómo duele sonreír?.
Lujuria
La lujuria se define como el deseo sexual desordenado e incontrolable. Una de las famosas que ha reconocido públicamente que este sentimiento es parte de su personalidad es Sabrina Sabrok.
A veces, la modelo da la impresión de ser una provocadora gratuita o que lo que proyecta es un personaje. Por ejemplo, cada vez que declara que es bisexual y le gustan los tríos. O cuando declaró que es adicta a la pornografía desde los siete años.
Sin llegar a los extremos de Sabrina, Francisco Céspedes, el cubano nacionalizado mexicano, es otro que confiesa sin inhibición y con soltura: ?soy lujurioso?.
?¡Que no se me acerquen las mujeres porque peco de ser lujurioso! No lo puedo evitar, es como ser pequeño o ser alto, feo o bonito. Me gusta ser lujurioso?. En su caso también podría aplicarse la letra de una de sus canciones más famosas: ?Es esta vida loca, loca, loca?.
Gula
¿Y a quién no le gusta comer?, a todos, pero de forma especial a Zoila Gordoa Delgadillo, personaje al que daba vida Sheila en Cero en conducta, quien siempre iba acompañada de una gran torta, que comía sin culpa.
Pero en el caso de Fabiola Campomanes no son precisamente las tortas las que le gustan, sino las gorditas de chicharrón: ?Me declaro una pecadora. Practico la gula, aunque eso es terrible; pero ya sabes que uno no se puede resistir a una gordita de chicharrón?.
Pereza
¿Quién más perezoso que Jaimito El Cartero? El entrañable personaje de La Vecindad del Chavo era la pereza en bicicleta... bueno, ni siquiera eso, porque no la usaba, ?para evitar la fatiga?.
En la vida real, alguien que tampoco se sube a una bicicleta es Héctor Sandarti, menos aún, si es de gimnasio: ?Soy perezoso. Trato de no excederme en la flojera, pero voy a decir cómo la ejerzo: no puedo hacer ejercicio, por más que lo intento y me inscribo en un gimnasio?.
?Creo que en los gimnasios donde me inscribo deberían poner una placa que diga: ?Agradecemos al señor Sandarti la donación que hizo a este establecimiento?. Me inscribo por un año y nunca voy, me cuesta mucho?.
Envidia
?La suerte de la fea la bonita la desea?, dice el refrán, mismo que Alicia Ferreira, personaje al que da vida Paty Navidad en La Fea más Bella, lleva a la práctica contra la inocente y dulce Lety Padilla (Angélica Vale).
Sí, esa joven exuberante y de sexy atuendo le tiene envidia a la chica de brillante sonrisa, por sus braquets, y hermosa mirada que oculta tras sus lentes de pasta negros.
Ningún artista confesó tener ese sentimiento, ¿será que no hay envidia en el medio del espectáculo?
Ira
La ira de Catalina Creel en Cuna de Lobos la llevó a envenenar, electrocutar, intrigar y alterar el combustible de la avioneta donde supuestamente viajaría uno de sus hijos con su esposa. Es el inmortal personaje de televisión interpretado por María Rubio, escondía el sentimiento con un parche en su ojo, y la mirada de odio en el otro.
Avaricia
El poder, ya se sabe, todo lo corrompe. En La Ley de Herodes, Juan Vargas (personificado por Damián Alcázar), un humilde militante del PRI descubre las delicias del poder cuando es nombrado presidente municipal de San Pedro de los Sahuaros. Con una pistola en la mano derecha y la Constitución en la izquierda, Vargas vive el deseo desordenado de placeres y posesiones.
Para su fortuna, Vargas no se somete a la justicia divina, sino a las reglas de la política mexicana y se convierte en ?honorable diputado de la Nación?.
