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BRASILIA, BRASIL.- Un informe preliminar sobre la investigación de la muerte del general brasileño Urano Teixeira da Matta Bacellar, ocurrida el pasado sábado en Haití, confirmó la hipótesis de suicidio, reportó ayer el Gobierno de Brasil.
En la ceremonia militar realizada en Brasilia, antes del traslado del cuerpo a Río de Janeiro, el vicepresidente brasileño José Alencar dijo que “el informe final aún no está cerrado, pero el preliminar, infelizmente, confirma esa versión (suicidio)”.
El funcionario, quien también dirige el Ministerio de Defensa, aclaró sin embargo que “no hay ninguna noticia de él (Teixeira da Matta Bacellar) que haya dejado una nota o alguna cosa apuntando al suicidio”.
El general y jefe militar de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) fue encontrado muerto el sábado en la habitación del hotel donde residía en Puerto Príncipe, la capital haitiana.
El informe final sobre el fallecimiento del militar se conocerá en los próximos días, tras el análisis por peritos informáticos de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) y de la Policía Federal en el computador del general y del resultado de un examen toxicológico.
El cuerpo del general llegó el martes a Brasil y de inmediato fue trasladado al Instituto Médico Legal de Brasilia para realizarle pericias complementarias al trabajo realizado en Haití por forenses argentinos del hospital militar de la Minustah.
El canciller brasileño Celso Amorim y varios ex compañeros militares de Bacellar descartaron, en principio, la hipótesis de suicidio, mientras que el embajador en Haití, Paulo Cordeiro de Andrade Pinto, admitió que el general estaba “tenso”.
El motivo de preocupación del general brasileño, según el embajador, era el cuarto aplazamiento de las elecciones haitianas por parte del Gobierno transitorio de Haití, que alegó “razones de seguridad”, una de las responsabilidades de la Minustah, para la decisión.
El general había asumido el 31 de agosto el comando de las tropas internacionales en reemplazo de su compatriota Augusto Heleno Ribeiro, quien estaba al frente de los casi siete mil soldados y policías de la Fuerza conjunta internacional.