Los senadores de la comisión de Gobernación, el priista Héctor Michel y el perredista Rutilio Escandón pretenden someter a juicio político al actual secretario de Gobernación Carlos Abascal Carranza, por el hecho que durante su gestión al frente de la Secretaría del Trabajo, promovió cursos entre algunos empleados de dicha Secretaría en el que se incluyeron temas de Doctrina Socialcristiana.
Creo que el jacobinismo del que hacen gala algunos de nuestros políticos les incapacita a ver el fondo que existe en muchos aspectos de la vida contemporánea, porque cuando se obsesionan en un divorcio absoluto entre lo que ellos consideran el ámbito religioso de una persona respecto del ámbito de su vida pública, incurren en torpezas que lo único que acaban provocando es un imperio del amoralismo más acentuado que tanto daño está causando a la vida nacional.
La doctrina social se inscribe efectivamente en ese derecho-deber que tiene la Iglesia Católica de presentar a sus fieles, el discernimiento oportuno de los complejos acontecimientos, situaciones y conflictos que enfrenta todo hombre y toda mujer en nuestros días a partir de las cambiantes circunstancias del entorno político, social, económico, científico y cultural de esta post modernidad.
Esta guía pastoral que ha planteado el magisterio de la Iglesia a partir de que el 15 de mayo de 1891 León XIII proclamase la encíclica Rerum Novarum, presenta sólidos criterios orientadores de muchas de las grandes preocupaciones que afectan a toda persona que un destino trascendente pero un trayecto de vida inmanente.
La Iglesia Católica cuyo fin específico es guiar a sus fieles hacia la santificación, no puede por ello desentenderse de las circunstancias existentes en ese medio ambiente en el que el cristiano tiene que desenvolverse todos los días y en donde se irá construyendo ese camino personal hacia esa meta trascendental.
De ahí que las orientaciones emanadas de los documentos que han pronunciado solemnemente los Papas en documentos pontificios específicos de esa Doctrina Social de la Iglesia resulten no sólo útiles, sino necesarias para cualquier persona de buena voluntad, independientemente de su credo religioso.
Y es que la Doctrina Socialcristiana responde a los grandes cuestionamientos que atormentan a la sociedad contemporánea en lo que se refiere a las relaciones económicas, laborales, políticas y sociales a partir del Derecho Natural y la Filosofía Social, por lo que importantes pensadores que no comparten la fe católica, no han tenido ningún empacho en admitir que muchas de sus actuaciones se han alimentado precisamente de la guías que les han presentado documentos de esta doctrina social.
Por ello no creo que sea ningún delito, antes al contrario, algo totalmente loable en este ambiente a veces tan antiético y amoral en el que vivimos, que se ilustre la formación de personas que tienen el deber de actuar con congruencia en muchas decisiones que atañen al bien común de una colectividad, el que conozcan sistemática y ordenadamente la enseñanza social del Magisterio católico.