El Siglo de Durango
Como un personaje cautivante, histórico y de contrastes definió el director del Instituto Tecnológico de Durango (ITD), Juan Gamboa García al general Francisco Villa al celebrarse el 83 aniversario luctuoso del Centauro del Norte.
Mejor conocido como ?Pancho Villa?, Doroteo Arango es el personaje mexicano más famoso de la historia y su nombre sigue siendo un cautivante tema para detractores y seguidores, afirmó.
Pancho Villa fue un líder durante la Revolución Mexicana conformó la División del Norte, numeroso ejército insurgente que luchó en 1910, al lado de Francisco I. Madero para derrocar a Porfirio Díaz.
El revolucionario y sus soldados participaron en los momentos claves de la lucha revolucionaria como: la caída de Porfirio Díaz, al lado de Madero y Zapata; la lucha contra Victoriano Huerta, el Usurpador de Madero, junto con Venustiano Carranza y Emiliano Zapata.
En el monumento en honor al personaje histórico, el director del tecnológico señaló que Villa participaría en la lucha de Zapata contra Carranza, y después contra Obregón, hasta que en 1923, fue asesinado en el estado de Chihuahua.
Idealizado por unos, satanizado por otros, es difícil encontrar una versión equilibrada y eso porque Villa representa un auténtico personaje popular, un hombre que enfrentó las mayores adversidades e injusticias y que se hubo de fincar a sí mismo, con la reciedumbre que dan los golpes en la vida.
Su historia es muy conocida, hombre de principios, fue incapaz de traicionar sus ideales, aun cuando a él le traicionaran, incluso algunos de sus más cercanos hombres.
Otra de la cualidad de este personaje es que podía ser enormemente generoso y llorar en público cuando la emoción lo dominaba, cuando la cólera se apoderaba de él, también era capaz de actos de gran crueldad.
Dijo que era leal a los hombres que respetaba, pero si se sentía traicionado, se volvía implacable en su odio, que con frecuencia se extendía a la familia de sus víctimas.
Amigos y enemigos coinciden en que poseía una inteligencia aguda y penetrante, que sólo se oscurecía cuando se apoderaba de él uno de sus arrebatos de furia.
Doroteo Arango siempre ha permanecido en el pueblo, producto de la tradición popular, se le recuerda en innumerables corridos, tal vez sea el personaje del que más cantos épicos se han escrito en México, y en gran cantidad de relatos y anécdotas.
El Francisco Villa que aparece en la memoria popular está muy lejos de ese personaje que trató de formar el Estado mexicano por años si realmente hubiera sido el personaje maligno que se quiso crear, no sería concebible que las grandes masas del pueblo lo recuerden con cariño, si fuera cierto que de manera sanguinaria y atroz atentó contra familias indefensas y pobres.
