DESTREZA | EL BALLET DE MONTERREY SE LUCE CON SUS MOVIMIENTOS.
Reúne el espectáculo de El Cascanueces el talento y la fantasía sobre el escenario.
El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- El sueño se hizo realidad. El Cascanueces dejó de ser un muñeco y se convirtió en un príncipe... Nadie hablaba, la gente se limitaba a apreciar aquellos bailarines de cuerpos estéticos que realizaban bellas y complejas coreografías en el foro del Teatro Nazas, a la vez que portaban hermosos y elegantes vestuarios.
El Ballet de Monterrey estaba de vuelta pero ahora con una mágica historia que enmarca el espíritu navideño y que además toca el niño inocente que toda la gente lleva dentro, el niño que se conmueve con las fantasías y que anoche afloró en los cientos de laguneros que testificaron el ballet El Cascanueces.
Los bailarines se movían delicada y libremente en el escenario a la vez que mostraban su fuerte técnica. Pero ellos no eran los únicos ?actores?, la música de Tchaikvosky tuvo un papel determinante al igual que la bien realizada y colorida escenografía; sin lugar a dudas el cuerpo de artistas tenía el respaldo de una excelente producción y la guía de uno de los directores más versátiles que abarca la danza en todos sus niveles: Robert Hill.
El primer acto se desarrolló entre pirotecnia, disparos y nieblas que hacían aparecer personajes. Era la noche de la Navidad, y durante la celebración de la fiesta, Clara (personaje principal) esperaba ansiosa a su padrino Drosselmeyer quien siempre llegaba con mágicos juguetes, y esa no fue la excepción pues hizo la delicia de todos los niños con un espectáculo con muñecos del tamaño natural; pero la sorpresa más grande fue el regalo que recibió la chiquilla: un Cascanueces ataviado con su elegante uniforme.
La fiesta llegó a su fin y cuando todos dormían Clara fue a buscar su Cascanueces y se quedó dormida con su muñeco entre sus brazos. De pronto, la magia comenzó. Ella despertó aterrada ante la llegada de un ejército de ratones, y los soldaditos de plomo encabezados por el Cascanueces -que ya se había convertido en príncipe-, quienes luchaban en una gran batalla.
Fue ahí cuando los aplausos de los asistentes cobraron más vida, y es que las niñas y jovencitas que representaron los soldados y ratoncitos (y más adelante a unos angelitos) pertenecían a diferentes academias de danza de la región, que fueron elegidas mediante casting por miembros del Ballet de Monterrey.
Los hermosos números dancísticos llegaron en la segunda escena cuando la reina de las Nieves apareció para indicar a Clara y el Príncipe el camino para llegar al país de las Golosinas; los copos de nieve bailaban cubriéndolo todo con su níveo manto.
Los movimientos de las bailarinas eran casi exactos en cada una de sus participaciones, y qué decir del de los tres bailarines principales; los cubanos Dalirys Valladares y Ángel Laza, así como la regia Claudia Kistler, quienes demostraron que además de Rusia y de los países del Viejo Continente, en América Latina existen formidables danzantes.
El segundo acto comenzó y con él llegaron Clara y el Príncipe al País de las Golosinas, causando una gran alegría. Ya los esperaban el Hada de Azúcar y su Caballero (Valladares y Laza) para presentarles a los dulces de diferentes partes del mundo: chocolate de España, té de China, nuggat de Rusia, café de Arabia, flautas de caramelo, y las flores que bailan para ellos todos representados por diestros bailarines que presentaron sofisticadas y hermosas coreografías en donde fueron utilizados todos y cada uno de los siete movimientos básicos del ballet, desde brincos, estiramientos, elevaciones, giros, deslices, dobleces y precipitaciones.
Luego de dos horas, El Cascanueces llegó a su fin. Los aplausos no se hicieron esperar y es que el nivel artístico de todo el espectáculo está por encima de los estándares mexicanos; en otras palabras, la gente pudo disfrutar de un espectáculo de altísimo nivel internacional.... no por nada este mismo elenco fue ovacionado en la presentación que dio en Nueva York.
Sorprendente
El Cascanueces fue presentado el día de ayer en funciones de 5:00 y 8:30 de la noche en el Teatro Nazas.
-Este espectáculo fue una de las actividades pertenecientes al Centenario de Torreón.
-Las academias de danza laguneras participantes fueron: Centro de Danza de La Laguna, Spazio Di Ballo, Royal Ballet, Corpus Danza, Nijinsky y Cygnus.
-Audicionaron 92 jóvenes de las diferentes academias, de las cuales fueron escogidas solamente 36 por los mismos miembros del Ballet de Monterrey, quienes se mostraron muy sorprendidos por la alta
calidad dancística de las alumnas.
-Robert Hill, director artístico del Ballet de Monterrey, fue primer bailarín del American Ballet Theater, el New York City Ballet y el Royal Ballet. Su amplio repertorio incluye los papeles principales en obras clásicas.
-El Cascanueces, cuento clásico de igual belleza musical y dancística, fue estrenado el 17 de diciembre de 1892 en la ciudad de San Petersburgo, de la Rusia Imperial, con la música de su autor (el gran compositor Piotr Ilich Tchaikovsky) y la coreografía de Lev Ivanov.
