EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Las autoridades sanitarias hacen diversas recomendaciones a la ciudadanía para la compra y consumo de alimentos del mar, lo cual se incrementa durante la temporada de Cuaresma.
Encargados de la Jurisdicción Sanitaria Número Dos indicaron que aunque los alimentos del mar se convierten en el platillo principal de la generalidad de las familias en la Cuaresma, el consumo debe ser cuidadoso para evitar reacciones alérgicas e intoxicaciones.
La gran variedad de especies del mar alberga un alto valor nutricional para la dieta del ser humano, pues son ricos en proteínas y minerales e incluso pueden formar parte de la alimentación diaria.
De hecho, incluir mariscos en la dieta es una costumbre saludable, aunque la ciudadanía debe tomar en cuenta que la conservación deficiente de los mismos, puede generar infecciones ocasionadas por bacterias, como salmonelosis o cólera.
Dichos padecimientos se caracterizan por síntomas como la diarrea, fiebre y dolores en el abdomen, los cuales aparecen en un lapso de 12 horas y hasta los dos o tres días posteriores al consumo de estos alimentos.
Es importante evitar consumir mariscos crudos o que son de origen desconocido, así como aquéllos que se venden en puestos ambulantes o en lugares donde no se cuente con refrigeradores para su conservación.
Si los mariscos son preparados en casa, se debe procurar que estén el menor tiempo posible fuera del congelador o refrigerador; es decir, debe mantenerse al máximo la cadena de frío hasta que el producto vaya a ser preparado y consumido.
Cuando alguna persona presenta dichos padecimientos, debe proporcionársele atención y tratamiento inmediatos, los cuales consisten en la indicación de antibióticos de acuerdo con el tipo de infección que le haya atacado, además del reposo y suministro de líquidos y sales para contrarrestar los efectos de una deshidratación.
Otro de los cuidados que deben tenerse es no ingerir moluscos originarios de una población en la que se haya presentado el fenómeno conocido como marea roja, pues aunque su apariencia sea fresca, pueden resultar dañinos para quien los consume.
La marea roja es provocada por microorganismos que tiñen el mar de color rojo, provocando altas concentraciones de toxina que se alojan en el organismo de peces, crustáceos y moluscos.
Cuando una persona consume estos alimentos contaminados se genera una intoxicación, misma que se manifiesta con síntomas parecidos a los de una infección como dolor agudo en el abdomen, malestar general, diarrea y vómito, aunque su tratamiento no requiere de antibióticos sino de medicamentos que reduzcan los síntomas.
Las proteínas de los alimentos del mar pueden ocasionar reacciones adversas en personas sensibles, pues los mariscos constituyen la tercera causa de alergias después de la leche de vaca y el huevo. En estos casos, las manifestaciones alérgicas aparecen en dos o tres ocasiones después de haber ingerido los mariscos y se presentan con cosquilleos e inflamación de boca y garganta; dolor abdominal, náuseas, vómito y diarrea, además de la aparición de erupciones en la piel, tos, estornudos, baja presión arterial y hasta pérdida de conciencia en algunos casos.
Cuando se llega a registrar una situación así, el paciente debe ser sometido a una valoración médica para que se le proporcionen los antihistamínicos que requiere; si la persona está consciente de su reacción a determinados alimentos, debe evitar al máximo su consumo.
Para saber
Como parte del programa de la temporada de calor aplicado por la Secretaría de Salud en todo el país, la dependencia está haciendo una serie de recomendaciones a la población al momento de comprar o consumir alimentos procedentes del mar.
· Al comprar pescados, debe observarse que los ojos sean brillantes, translúcidos y convexos.
· Los pescados, mariscos y moluscos, no deben tener aspecto viscoso, sino que la piel debe ser brillante; las agallas tienen que presentar un color rojo intenso y las escamas no deben desprenderse con facilidad.
· Cuando se trata de camarón y cangrejo, deben presentar una cáscara brillante y sin que las patas y antenas se desprendan.
· En el caso de ostiones, almejas y mejillones, tienen que estar en su concha cerrada o ligeramente abierta.
· En general, ninguno de estos alimentos debe despedir malos olores, de lo contrario puede ser indicativo de que se encuentran en condiciones no aptas para consumo.
· Se recomienda consumir alimentos sólo en lugares seguros, de preferencia fritos o bien cocidos.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
