Quema de llantas a cielo abierto provoca la emisión de gases tóxicos sobre la mancha urbana
Los tiraderos de llantas clandestinos se han convertido en un serio problema ambiental, ya que en los últimos días se han presentado casos donde se han quemado los neumáticos a cielo abierto representando un riesgo a la salud de los duranguenses por la cantidad de contaminantes emitidos.
Los métodos para combatir este tipo de siniestros son poco efectivos, por lo tanto, la emisión de gases tóxicos a la atmósfera es prolongada; el suelo y el agua también resultan afectados por el hule quemado.
Durante la época de lluvias la situación se complica aún más, ya que la propagación de mosquitos transmisores de enfermedades como malaria, paludismo y dengue, entre otros, aumenta gracias a las cavidades con agua en las llantas, lo que funciona como incubadora para estos insectos.
Según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) confirma que no se tienen datos precisos de la generación de llantas, pero estiman que a nivel nacional se desechan alrededor de 25 millones de neumáticos al año.