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Contaminación y grasa, enemigos del corazón

Washington, (EFE).- La exposición prolongada a la contaminación del aire causa enfermedades cardiovasculares y el riesgo aumenta si está acompañada por una dieta con alto contenido de grasas, según un nuevo estudio.

En el trabajo, que publica en Internet la revista Journal of the American Medical Association y fue realizado con ratones que respiraron aire tan contaminado como lo está el de la ciudad de Nueva York, los investigadores determinaron los mecanismos específicos que dañan el sistema cardiovascular.

"Establecimos un vínculo causal entre la contaminación del aire y la arteriosclerosis", dijo Lung Chi Chen, profesor de medicina ambiental en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York y autor principal del estudio.

La arteriosclerosis, o endurecimiento, estrechamiento y oclusión de las arterias, es un componente importante de la enfermedad cardiovascular.

El estudio, que se realizó en colaboración con la Escuela Mount Sinai de Medicina y la Universidad de Michigan, observó los efectos de partículas en el aire que miden menos de 2.5 micrones, el tamaño vinculado principalmente con la enfermedad cardiovascular.

Las emisiones contaminantes proceden, sobre todo, de las plantas de energía y las emanaciones de los vehículos automotores.

La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, conocida por su sigla en inglés EPA, ha establecido desde 1997 que la exposición promedio anual no debería superar, para cada persona, los 15 microgramos de estas partículas por metro cúbico.

A estas partículas minúsculas de polvo, hollín y humo se le atribuyen unas 60 mil muertes cada año en EU.

Chen y sus colegas separaron a 28 ratones, genéticamente propensos a desarrollar enfermedades cardiovasculares, en dos grupos que ingirieron una dieta normal o una con alto contenido de grasas.

Durante seis meses, la mitad de los ratones en cada grupo dietario respiró dosis de aire filtrado y libre de partículas, o aire concentrado que contenía las partículas en niveles que promediaban los 15.2 microgramos por metro cúbico.

Los investigadores luego realizaron varias pruebas para medir si la exposición a las partículas había tenido algún impacto en la salud cardiovascular de los ratones.

En términos generales, los ratones que respiraron aire contaminado estuvieron en peores condiciones que los que inhalaron aire filtrado.

Pero cuando además se juntó la dieta con alto contenido de grasas, el impacto de la exposición a la contaminación fue aún más claro.

En conjunto, los ratones que respiraron aire contaminado presentaron más placa -acumulación de grasas en las paredes interiores de las vías sanguíneas- que los que respiraron aire filtrado.

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