En la cultura azteca, lo mejor que podía sucederle a una mujer era morir al dar a luz; las que así morían, adquirían el rango de diosas. Lo anterior, revela sin lugar a dudas la poca importancia que se le concedía a la mujer como individuo. Muy probablemente la consideración mencionada pretendía servir para quitarles el miedo a la muerte la cual de seguro era muy común en ese entonces para las parturientas.
Diferente a lo que sucede en las culturas anglosajonas, a la mujer mexicana se le considera más madre que esposa, se define más como protectora de los hijos que como compañera del hombre. En nuestro país, apenas hasta 1953 se le otorgó a la mujer el derecho de votar, o sea que se le dejó salir de la minoría de edad política. En Nueva Zelanda, las mujeres tienen derecho a votar desde 1892, en Australia desde 1902, en Finlandia desde 1906, en Noruega desde 1913 y en la tradicionalista Inglaterra desde 1918. A México le tomó todavía 35 años más. En México la mujer es mayoría y si todas las que tienen edad para votar, ejercieran su derecho y obligación, su voto sería determinante para definir al ganador?o la ganadora.
Se han hecho muchos estudios serios para definir el perfil psicológico de la mujer mexicana. Todo indica que es: Abnegada. Se deja nulificar como persona, vive tratando de darle gusto a otros más que a sí misma., la mayoría no exige ni protesta y de esa manera, muy a su pesar proyecta un dejo de masoquismo. Disimulada y fingida. La propia cultura mexicana la ha obligado a buscar máscaras para manifestarse a medias, Son pocas las de voces fuertes y que se dejan escuchar, la mayoría prefiere guardar silencio.
Sometida de niña al padre y a la madre, de adulta, a su pareja o al hermano mayor. La posesión de la mujer por parte del hombre es económica, psíquica y física.
Religiosa, llena de resignación, pasividad y espera .
Tradicionalista. La mujer tiende a simbolizar el pasado mientras que el hombre simboliza el presente.
Hasta ahora, el cine extranjero ha influenciado a la mujer y se perfila como otro tipo de mujer, la mujer moderna y liberada, de modo que coexisten dos estereotipos muy contrastantes, la dulce, fiel, amorosa, abnegada y dependiente y la liberada, independiente, temeraria, segura de si misma y que no se pone límites. De esta situación de tesis y antítesis tendrá que surgir la síntesis del justo medio y del equilibrio con el hombre.
Aunque en México, por generaciones, la mujer ha vivido una situación asimétrica y desigual respecto al hombre, en los últimos años ha mostrado un deseo de cambio y liberación, muy débil y desarticulado y solamente en algunos sectores. Sorpresivamente esta participando en forma activa en los deportes, no solamente como practicante, sino como arbitro de los mismos. Su participación en las empresas, es cada vez más numerosa y su importancia se refleja al conocer los datos sobresalientes de las mejores ejecutivas mexicanas.
Por tradición, se le ha inculcado a la mujer que su papel principal en la vida es ser madre. Más que compañera o esposa, debe ser buena madre, lo cual significa tener hijos, amarlos, cuidarlos, educarlos, alimentarlos, cuidar de su salud, preocuparse por ellos y hacerles la vida fácil. Y así, pasa toda su vida trabajando para ellos y para los hijos de sus hijos. Muchas veces parte de la actitud dependiente de los mexicanos se debe a la exageración de los cuidados y atenciones de la madre en su afán por prodigarles afecto y ternura.
Aunque en nuestra sociedad se han registrado importantes cambios en la concepción de la mujer, aún se sigue considerando que su papel esta en el hogar y en la familia. En una encuesta elaborada por Enrique Alducín Avitia se concluye que existe un ligero cambio en el concepto de la mujer como compañera del hombre y como igual de éste, especialmente en los niveles medio y superior tanto de escolaridad como de ingreso pero aún se le sigue considerando como centro de la familia. En los niveles más bajos de escolaridad e ingresos, todavía se le ve como la responsable absoluta del cuidado familiar y que solo está hecha para el hogar y para tener hijos.
Por otra parte, en lo que respecta a la participación empresarial de la mujer en un lapso de 70 años, el 65% de los hombres y solamente el 2.8 por ciento de las mujeres pertenecían a la población económicamente activa en el año 1930. En el año 2000, los datos son 71 por ciento de los hombres y 31 por ciento de las mujeres participando de modo directo en la economía, esto representa un incremento en la participación de la mujer de más de más de diez veces en dicho período.
El nivel de escolaridad de la mujer mexicana ha aumentado y la sociedad en general tiene una actitud más abierta y flexible respecto al papel de la mujer. Ahora las mujeres mexicanas tienen más oportunidades para trabajar y estudiar y para tener una vida social más activa, disfrutan de la vida, tienen menos hijos y se sienten útiles, no solo para ser madres, sino también para participar activamente en el desarrollo científico, industrial y comercial del país.
Muchas veces, esta dualidad de oportunidades y de los valores que tradicionalmente se le atribuyen, crea en la mujer sentimientos de culpa. Si se dedica exclusivamente al hogar, se siente frustrada e inútil, si trabaja y es madre, siente culpa por descuidar a sus hijos y al hogar. La situación se agrava si la madre que trabaja en una empresa o en su propio negocio se ve obligada a dejar a sus hijos al cuidado ajeno por tener que trabajar , ya sea porque es madre soltera, divorciada, abandonada, o porque su marido no puede aportar lo suficiente para el sostenimiento del hogar. La mujer se ha destacado en labores de servicio como enfermera, maestra, secretaria, etcétera, porque la educación que recibe desde niña refuerza su papel de servidora. La mujer asume sus labores con mayor responsabilidad y dedicación, pero también requiere de mucho afecto y apoyo.
El cambio no ha sido asimilado completamente ni por el hombre, ni por la mujer. El reto es complementarse para que ambos se adapten a las nuevas condiciones de la sociedad, preservando el cuidado de ambos por los hijos para darle al país mejores mexicanos.
Comarca Lagunera. Abril, 2006.
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