La competitividad desempeña un rol determinante en la vida económica de cada país, y ello les permite atraer inversiones, crecer con estabilidad, desarrollarse, conquistar mercados y permanecer en ellos.
No hay secretos, para trabajar en forma efectiva en pro de la competitividad, se requiere una verdadera cohesión entre el Estado y las empresas, saber aprovechar adecuadamente los recursos disponibles y sobre todo, en el caso Latinoamericano, contar con personal altamente capacitado, adaptado a las exigencias que los actuales escenarios demandan. Nuestro país debe prestarle mas atención a la competitividad y demostrar mas empeño para que no nos ganen la carrera como hasta ahora, evitar ser cada vez más dependiente y prepararse para aprovechar adecuadamente todas sus riquezas naturales y su potencial humano.
Recientemente, se conoció el resultado del Informe Anual de Competitividad 2006 que realiza el Foro Económico Mundial el cual determinó que las naciones latinoamericanas que descendieron en su competitividad son: Argentina (-15), Brasil (-9), Colombia (-7), Paraguay (-4), Venezuela (-4), Uruguay (-3) y Ecuador (-3). Venezuela cayó cuatro posiciones, al puesto número 88, a pesar de que tuvo un superávit presupuestario. Brasil descendió nueve escalones a la posición 66 como resultado de un déficit presupuestario de tamaño considerado como preocupante. Argentina, otra de las principales economías latinoamericanas, cayó del puesto 54 al 69 en el reporte del 2006. Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Paraguay se ubicaron mucho más abajo en competitividad y según el Foro, están ?entre los de peor desempeño para los elementos básicos de buena administración, incluyendo instituciones razonablemente transparentes y abiertas?. El informe concluye que estos países que empeoraron su situación relativa lo hicieron debido a sus burocracias ineficientes y a la corrupción generalizada, factores a los que identificó como los más problemáticos a la hora de hacer negocios. Los países que mejoraron su índice de competitividad son: Panamá (+8), Republica Dominicana (+8), Bolivia (+8), Honduras (+4), Costa Rica (+3), Perú (+3)
En el listado, Chile logró la primera posición entre los países latinoamericanos al ubicarse por segundo año consecutivo en el puesto número 27. México avanzó un puesto, del 59 el año pasado al 58 en el listado actual. Estados Unidos bajó al sexto lugar en el 2006 en la tabla de posiciones de competitividad debido al comportamiento de su macroeconomía, una tasa de ahorro baja, déficit récord en cuenta corriente y una posición deudora neta que sigue empeorando.
Después de Chile, las nueve naciones más competitivas de América Latina son por orden descendente: Costa Rica (53), Panama (57), Mexico (58), El Salvador (61), Colombia (65), Brazil (66), Argentina (69), Uruguay (73) y Peru (74). En todas estas naciones existe una constante: economías con pujanza que requieren mayor estabilidad política y, sobre todo, mas transparencia en sus instituciones, la corrupción los deja fuera de los primeros sitios en materia de competitividad. Argentina (69) retrocedió quince lugares y Brasil (66) nueve, debido a la inestabilidad con la que se han manejado durante el último año la cual se refleja en decisiones que se contradicen, periodos de altibajos en las tasas de interés, en los precios y el empleo, además de falta honestidad en sus gobiernos, según el Foro.
En un giro intempestivo, Suiza dejó atrás a Dinamarca, Finlandia y Estados Unidos para convertirse, por primera vez en su historia, en la economía más competitiva del mundo en este 2006. Sus principales fortalezas: la calidad de su infraestructura, la elevada calificación de su mano de obra, el desarrollo ferroviario, su red tecnológica, la sofisticación de su sistema financiero, la calidad de sus instituciones científicas, la abundancia y calidad de su inversión en desarrollo científico. Después le siguen Finlandia, Suecia, Dinamarca y Singapur. Después de Estados Unidos, que había liderado el índice en el 2005, se ubicaron Japón, Alemania, Holanda y Gran Bretaña. Las diez naciones menos competitivas son: Angola, Burundi, Chad, Timor, Mozambique, Etiopia, Zimbawe, Mali, Malawi y Burkina Faso.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas en Suiza, de acuerdo con el reporte de competitividad, Suiza enfrenta aún serios problemas en renglones como el correspondiente a la macroeconomía. Concretamente, ocupa el lugar número 61 de las 125 economías evaluadas, por su nivel de deuda externa; y el sitio 54 por la talla del déficit público del gobierno (un boquete financiero que no deja de crecer). Con respecto a lo que el Foro denomina ?Eficiencia de Mercado?, la agricultura sigue siendo el punto débil de Suiza: ocupa el lugar número 111 de 125 por la carga implícita en las subvenciones públicas al campo y el lugar 85 por la existencia de barreras arancelarias al comercio. Todos ellos son factores en los que Suiza debe avanzar.
Como cada septiembre desde hace más de 25 años, el organismo de origen académico-empresarial basado en Ginebra, publicó este martes su Reporte de la Competitividad Global (RCG). Todo índice y/o calificación cubre de gloria o crucifica a quien resulta evaluado. ¿Quién pues, y sobre todo, a partir de qué criterios decide cuáles son las economías más competitivas del orbe? Las conclusiones del RCG son la brújula obligada para muchos capitales en el mundo. El índice de competitividad mide la capacidad que tiene un país para atraer y mantener un flujo constante de inversiones. Para ello considera la calidad de las instituciones gubernamentales, el desarrollo de su infraestructura, las condiciones generales de la economía, los niveles de salud y educación, la eficiencia de los mercados, el clima empresarial, la innovación y el desarrollo tecnológico. El reporte se hace a partir de una consulta entre 85 instituciones económicas a escala internacional, y de una minuciosa encuesta realizada entre 11.000 directivos empresariales de los 125 países involucrados en el trabajo. ?En 2006, en particular, la metodología se transformó tras dos años de trabajo para afinar y mejorar sus criterios?, explica Xavier Sala-i-Martín, profesor de la Universidad de Columbia.
Esta vez se hace énfasis especial en factores como la eficiencia y la productividad, así como el entorno para el desarrollo de negocios a pequeña escala, entre muchos otros criterios, indica, por su parte, Michael E. Porter, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard y corresponsable del proyecto. Por otra parte, se incluyen 125 en lugar de 117 naciones, lo que también implicó desplazamientos en el índice independientes a los avances o retrocesos intrínsecos a cada economía. Las naciones que se agregaron son Surinam (el país más pequeño de Sudamérica), Nepal (Centro-Sur de Asia), Lesotho (Sudáfrica, un estado dentro de otro estado), Mauritania (África), Zambia (África), Burkina Faso (África), Burundi (África) y Angola (África).
Mientras los mexicanos nos enfrascamos en luchas estériles por problemas político-electorales que amenazan gravemente la gobernabilidad, muchos países en el mundo están trabajando por mejorar su competitividad y por atraer inversiones. Panamá, Honduras, Costa Rica, Perú, Polonia, Grecia, Kuwait y Portugal han hecho mucho por la competitividad y México solo ha mejorado una posición. Pero continuamos sin acuerdos legislativos y muy entretenidos en discusiones políticas. México ocupa el lugar 58 entre 125 naciones. El Foro indica que el estancamiento mexicano se debe a su enorme reglamentación, a su excesiva burocracia y a instituciones públicas ineficientes, como las policías, así como a la corrupción y a un sistema judicial lento y discrecional.
El país requiere ponerse a tono con las demás economías que le están sacando ventaja, sin embargo, si esto no es fácil porque los demás aprovechan su mejor posición en la competitividad, nosotros mismos nos encargamos de hacerlo más difícil al no ponernos de acuerdo para avanzar en las tan necesarias reformas laboral, fiscal, energética y de actitud.
Por enésima ocasión, los mexicanos estamos esperando que el nuevo gobierno federal que viene, logre lo que los anteriores no han hecho. Pero no podemos ni debemos permitir que México siga en la lona por falta de acuerdos políticos, el mundo entero nos sacara delantera si continuamos solamente viendo como nos rebasan. No abandonemos a México a su suerte, nuestro futuro depende de que seamos capaces de organizarnos y trabajar unidos por el mismo objetivo. Ya no podemos ignorar la situación en la que estamos. Ya lo dijeron en el Foro de Davos: es la ultima llamada para México.
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