En teoría, debemos aprender de nuestros errores para no cometerlos de nuevo. Pero si no aceptamos que los cometimos, los errores se pueden seguir presentando una y otra vez; es necesario saber que los cometimos antes que puedan enseñarnos algo. Nadie quiere ser culpable de lo que no funciona y de lo que no sale bien, una vez discutidos los pros y contras de una decisión y ésta es tomada, la responsabilidad de poner el mejor esfuerzo para que la decisión funciones es de igual responsabilidad para todos los involucrados. Quien no presentó oportunamente argumentos en contra antes de tomar la decisión y ésta falla, tiene la misma responsabilidad que el resto del grupo y ya no se vale decir ?yo nunca estuve de acuerdo?. Quienes así lo hacen, cuando la decisión fue acertada, nunca dicen que no estaban de acuerdo.
En los casos de decisiones mal tomadas, la toma de conciencia de que nos equivocamos muchas veces falla porque no queremos reconocer nuestros errores y por lo mismo la memoria nos falla y pronto se olvidan con el alto riego de cometerlos de nuevo, encontrando muchas falsas justificaciones para ello.
En una conocida empresa de Monterrey, en una reunión de ejecutivos para analizar el arranque de un nuevo proyecto, el director general de la empresa propuso una apuesta sobre los resultados del trabajo que estaba por iniciarse y les pidió a todos los asistentes que pusieran por escrito el pronóstico en cuanto a tiempo estimado de ejecución, variación de costos, curva de arranque estimada, porcentaje de mermas y otros indicadores del proyecto. La idea fue aceptada con entusiasmo y cada uno escribió en unas tarjetas sus pronósticos debidamente firmados junto con un billete de mil pesos. El director general entregó todos los sobres al gerente de recursos humanos para que los guardara.
Durante la ejecución del proyecto, todos los ejecutivos fueron debidamente informados de los detalles durante la evolución del mismo. Finalmente, cuando los resultados del proyecto eran evidentes y conocidos por todos, se procedió a averiguar quien había sido el ganador de la apuesta. El director general le pidió al gerente de recursos humanos que trajera los sobres, el gerente no apareció hasta que el director general lo llamó de nueva cuenta, regresó muy sorprendido y preocupado ya que los sobres habían desaparecido, no los encontraba y no sabía lo que había sucedido con ellos.
Todos los ejecutivos se sintieron muy frustrados hasta que el director general les dijo que no todo estaba perdido, les dijo que si recordaban sus estimaciones originales, podían escribir nuevas tarjetas, firmarlas y agregarles otros mil pesos. Todos aseguraron recordar sus pronósticos y la propuesta se llevo a cabo. Una vez recolectadas las nuevas tarjetas, el director general sacó las primeras de su portafolios y los pronósticos ?recordados? fueron comparados con los originales. Es obvio decir que las versiones que los gerentes recordaban se aproximaban a la realidad mucho más que las originales.
Nuestros recuerdos no son pasivos, modifican su contenido de tal manera que nos vemos mejor de lo que somos. Por esta razón, al tomar decisiones importantes cuyos efectos no se manifiestan sino hasta después de cierto tiempo, es conveniente que se registren los siguientes datos:
Los efectos esperados y para cuando los esperamos.
Los supuestos y condiciones sobre los cuales se basan nuestras expectativas.
La información que se utilizó para tomar las decisiones.
Una breve descripción de cómo se tomó la decisión y quienes participaron.
Las decisiones registradas de la forma anteriormente descrita, se pueden controlar no solo para poner en evidencia nuestros errores y las razones que los produjeron sino para darnos cuenta, incluso antes de conocer los resultados, si alguna de las condiciones estaba equivocada y ello nos permite tomar acciones para evitar que ocurran acontecimientos no deseados.
Un estudio llevado a cabo por la empresa General Electric hace muchos años, demostró que los gerentes que registraban los efectos que esperaban de las decisiones que tomaban, aprendían mucho más y más rápidamente que los que no lo hacían.
Comarca Lagunera. Marzo, 2006.
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