EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Contra la pobreza

Javier Fuentes de la Peña

Uno de los más grandes pensadores en la historia de la humanidad sin duda es Confucio. Sus enseñanzas todavía son útiles para nuestra vida cotidiana. A este sabio chino pertenece la siguiente frase: ?En un país bien gobernado debe inspirar vergüenza la pobreza. En un país mal gobernado debe inspirar vergüenza la riqueza?.

Más de dos mil años pasaron ya desde que Confucio asombró a los chinos con sus ideas. De aquel tiempo a nuestros días, los seres humanos han sido capaces de conocer la ciencia y difundirla, de encontrar la cura a miles de enfermedades, de llegar a la Luna, en fin, han logrado hacer descubrimientos e invenciones que son muestra clara del progreso de la humanidad. Sin embargo, a pesar de tantos adelantos y de ser cada vez más ?civilizados?, aún seguimos sufriendo por la ineficiencia e injusticias del Gobierno.

Si nos apegamos a la frase de Confucio, seguramente nuestros funcionarios públicos tendrán muchos motivos para sentirse avergonzados, pues ellos han provocado que los pobres sean cada vez más pobres, y que la fortuna de los ricos aumente día con día. Resulta increíble que en nuestros días, cuando se supone que hemos aprendido de los errores pasados y hemos conocido que la verdadera justicia social consiste en no arrebatar al hombre lo que es suyo, sigan cometiéndose grandes fraudes y robos en donde el único afectado es el pueblo.

Si nuestros funcionarios públicos se sienten muy orgullosos por el trabajo que han hecho y ven en cada discurso la ocasión para vanagloriarse por sus logros, mi profesión como periodista me obliga a mencionarles algunos aspectos por los que deberían estar avergonzados. En primer lugar, por prometer cosas que jamás podrán cumplir. Por integrarse al mundo de la corrupción, en vez de aprovechar su posición política para eliminar este vicio y así beneficiar verdaderamente al pueblo mexicano. Da tristeza descubrir que muchos de los funcionarios mexicanos tienen más cuentas bancarias que buenas intenciones.

Los gobernantes deberían avergonzarse también por la pobreza en nuestro país y todo esto por el atraso educativo y sobre todo, por culpa de políticos que se atreven a robar el dinero que debería ser destinado al bien de los ciudadanos.

México es uno de los países de Latinoamérica con mayores índices de pobreza. Según el INEGI, en nuestro país hay más 40 millones de pobres. Esto significa que cuando menos el 40 por ciento de los mexicanos no tiene una alimentación balanceada, un lugar digno para vivir, carece de servicios básicos como el agua, la luz y asistencia médica, y además, no tiene la oportunidad de recibir una buena educación que les otorgue las herramientas para superarse.

¿Quién no siente coraje al ver a un pequeño niño desfilar entre los coches de un bulevar en busca de unas monedas que no le servirán de nada? Debemos estar conscientes de que el hecho de que haya hombres que sufren por su pobreza no se debe al destino ni a la mezquindad de la naturaleza, sino más bien, a la injusticia de los hombres. Es tiempo de despertar del letargo en el que hemos estado y exijamos castigo a todos aquellos que al ser funcionarios públicos han encontrado la oportunidad de dar rienda suelta a su tiranía.

En estos días, Felipe Calderón y Humberto Moreira han insistido en una cruzada contra la pobreza. Aplaudo tal decisión, pues nuestro país sólo conocerá el desarrollo cuando los que menos tienen vivan en condiciones más justas. Ignoro qué acciones deberán emprenderse a nivel estatal y federal para disminuir la marginación, sin embargo, una de las principales será la de frenar la fuga de nuestros recursos por medio de robos, fraudes y licitaciones amañadas.

javier_fuentes@hotmail.com

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 241915

elsiglo.mx