Los hechos del día primero en el recinto de San Lázaro dan cuenta de un líder que ha sabido mover a las masas. Mientras que el PRD en la tribuna se alzaba en protesta con respecto al Informe, en las inmediaciones del Palacio Legislativo la turba emprendía intentos de linchamiento en contra de elementos de Seguridad Pública que custodiaban el recinto y sus alrededores. Unos y otros exigían que se retiraran las vallas de seguridad, argumentando que se había ?secuestrado? el máximo recinto legislativo del país.
En ese momento, observaba a través de la pantalla a los diputados, senadores perredistas, y alguno que otro agregado, tomar la tribuna en señal de protesta. Portaba cada cual una bandera en pequeña escala, la Constitución, y una fotografía de Juárez, por lo cual varias cuestiones vinieron a mi mente:
Me preguntaba por qué habían tomado posesión los recién investidos legisladores del PRD, si los comicios a su juicio fueron fraudulentos, ¿en su caso no lo fueron?...
Asimismo trataba de entender que enarbolaran como símbolo a Juárez, cuando lo primero que hacen desde el dos de julio, es desoír su máxima consigna con respecto al derecho ajeno.
Cuestionaba que el recinto se hubiera ?secuestrado?, a lo cual yo me pregunté qué nombre podríamos darle a la toma del primer cuadro de la capital, que es un verdadero secuestro ciudadano.
...Para acabarla de rematar, algunos de ellos expresaron su inconformidad con respecto al uso de ?recursos públicos? para montar el operativo de seguridad en San Lázaro, entonces ¿qué nombre recibe la inyección de recursos públicos, para el orden, aprovisionamiento de comida, agua potable y limpieza de las áreas tomadas por los seguidores del Peje?
Por fin, ¿somos, o no somos?
Es muy probable una encuesta de opinión relámpago previa a las siete de la tarde, respecto a las probabilidades de un boicot al Informe, los resultados lo hubieran ubicado como muy probable... Ya durante el desarrollo de la sesión parlamentaria, en algún momento me temí que acabáramos como en otros países, transmitiendo al mundo un bochornoso episodio de sillazos entre partidos y fracciones parlamentarias. Pero, honestamente, lo que más me preocupaba, es lo que ocurría en el exterior, tanto en San Lázaro como a lo largo de Reforma.
Algunos politólogos han comparado la convocatoria de AMLO con la que en su momento tuvo Hitler frente al pueblo alemán. En este último caso fue el ideal ario el que llevó a la gran mayoría de una nación a volcarse en contra de una minoría étnica, obedeciendo el mandato de un líder paranoico en grado sumo. En el caso de López Obrador, su llamado ha prendido particularmente entre quienes no tienen nada qué perder; personas de poblaciones marginales han hallado en un líder populista el icono que han esperado sus padres y sus abuelos durante un siglo. Y ¡vaya que si están dispuestos a darse con todo, y contra todo! Son carne de cañón del pensamiento de quien mira al espejo y ve el tlatoani que cambiará cinco siglos de historia en seis años de gobierno. Ya lo dijo AMLO muy claramente ?al diablo con las instituciones?.
Ha avanzado el tiempo, y se ha disparado el delirio de grandeza del personaje; los intelectuales que inicialmente lo apoyaron y aplaudieron empiezan a retirarse, pero el pueblo sigue allí, dispuesto a cualquier cosa.
1968, año de las Olimpíadas en México. Año del dos de octubre. Ayer mientras éramos testigos indirectos de los hechos que ocurrían en las afueras de San Lázaro, me pregunté qué pasará cuando la turba enardecida, cometa una imprudencia mayor. Vivimos tiempos de neurosis, al primer encono un ciudadano saca un arma de entre sus ropas y dispara a matar por nimiedades. Luego entonces, ¿qué no será capaz de hacer entonces, animado por el enajenamiento colectivo?
?Dos de octubre no se olvida?. Lo sabemos quienes tenemos conocimiento objetivo de la historia de nuestro país, e identificamos los errores que no deben de repetirse bajo ninguna circunstancia. Un puñado de muchachos salieron a las calles como carne de cañón, y fueron muertos, porque lo que constituía un detonante social que debía de ser detenido.
Dice el aforismo que hay que conocer nuestra historia, pues de otra manera estamos condenados a repetirla...
...Más vale que los turbulentos curen su mala memoria antes de que, llevadas las cosas al extremo, tengamos otro dos de octubre.
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