Hay cosas que simplemente no entiendo: la existencia de los agujeros negros; la inversión de la capa electromagnética de la Tierra, y la posibilidad de viajar en el tiempo. Una, aún más compleja que las anteriores, es la irresponsabilidad histórica de los grandes medios informativos.
La comunicación juega un papel decisivo en el comportamiento de los grupos sociales; en la actualidad ésta se ha diversificado, y los contenidos se hacen llegar a las masas a través de los medios electrónicos, particularmente la televisión. El analfabetismo funcional de países como el nuestro, lleva a asumir como verdad lo que la televisión expone a su manera, obedeciendo intereses ajenos a la formación ciudadana.
El presunto asesino de los niños Peña Coss, ha recibido una difusión fenomenal. Tal vez sólo pueda competir en tiempo aire, la transmisión de los Juegos Olímpicos de Invierno, pues ni los partidos de futbol rumbo al Mundial, parecen superar los tiempos televisivos que se han destinado a la figura del presunto infanticida.
Desde hace poco más de un mes, cuando ocurrieron los hechos en Monterrey, no ha habido un solo día ?me atrevo a suponer- en el cual las dos grandes televisoras nacionales no hayan tocado el tema. El colmo fue en el curso de esta semana, en el programa de Adela Micha; durante dos días consecutivos transmitió una entrevista con Diego Santoy Riveroll, presunto asesino; aunque no tomé tiempo exacto, duró aproximadamente quince minutos. En lo personal no frecuento este noticiero, así que me vine a enterar de la entrevista la mañana siguiente cuando era plática obligada en pasillos y elevadores. Así que esa noche me propuse ver a Adela, y fue entonces cuando la escuché decir, que, a solicitud del público, y dado el interés que había despertado la entrevista el primer día, la repetirían. Esta vez sí me la receté, y van mis impresiones muy personales:
Inicia con preparativos de maquillaje y colocación del chícharo electrónico a Diego, mientras Adela toma su lugar. Se ajustan detalles de escenografía.
Adela comienza a interrogar al muchacho acerca de los hechos; la entrevistadora insiste en que le relate los pormenores del asesinato de uno y otro menor. Me sorprende que la abogada Raquenel Villanueva no se haya opuesto a que Diego dijera y se contradijera ante un público de millones.
La cámara lo enfoca en uno u otro ángulo; le toman close-up, y formatean mediante computadora en un trabajo fino de edición. Resaltan ese gesto de ?yo no fui? que ha adoptado Diego, y que le va muy bien.
En seguida se observa cómo los hombres de las cámaras le hacen llegar una botella con agua y una cajetilla de cigarros, el joven fuma un cigarro tras otro.
Él comienza a dar su versión, totalmente contraria a lo conocido hasta ese momento; desmiente que las pruebas lo inculpen, y adjudica la responsabilidad a la novia.
Adela repasa varias veces aspectos ya relatados por el joven. En dos o tres momentos ella desvía su mirada, parece esperar instrucciones... Se detectan puntos muertos cuando no halla ya qué preguntar , entonces lo interpela: ?pero Diego, ¿te das cuenta qué has hecho?, asesinaste a dos niños?...
Y así se sigue la entrevista, con repeticiones ociosas. Pareciera que Adela tenía órdenes de seguir, de agotar un tiempo aire determinado. Yo me pregunto: ¿qué habrá de por medio?
El tijuanense Jesús Blancornelas habla esta semana acerca de cómo la descripción a detalle del modus operandi de un asesino, sirve de modelo a copiar por otros. Y más nos vale tomar en serio sus palabras. Mi impresión muy personal es que Diego está viviendo sus quince minutos de fama, llenando espacios noticiosos como pocas figuras; tal vez su perfil sociopático lo lleva a disfrutar cada momento, a dramatizar, y a jugar con los hechos. Posiblemente ahora se divierta viendo cómo trae a las autoridades buscando las armas asesinas.
En fechas recientes fallecieron, primero Juan Soriano, pintor, y luego Salvador Elizondo escritor; ambos representan importantes corrientes culturales de la segunda mitad del siglo veinte. ¿Cómo es posible que merezcan un par de líneas, o tres segundos de tiempo aire, por toda una vida de dedicación y exaltado patriotismo, mientras que un presunto homicida, y posible enfermo mental, sature los noticieros como el ?mexican idol??
En un país con grave analfabetismo funcional, la responsabilidad de radio y televisión se multiplica exponencialmente. Favorecer la transmisión de mensajes que inviten a copiar conductas criminales, es dar a nuestros niños armas de fuego, y luego esperar que no se hagan daño.
maqueo33@yahoo.com.mx