Fantasmas revolucionarios
En un año clave para América Latina, la cadena CNN en Español está cubriendo los procesos electorales de doce países. El pasado fin de semana presentó el Foro Presidencial Nicaragua 2006, haciendo mancuerna con el Canal 2 de esa nación centroamericana. Moderado por Carlos Montero y Joel Gutiérrez, el ejercicio democrático contó con la participación de cuatro candidatos a la presidencia.
El gran perdedor del foro fue el ex mandatario Daniel Ortega, que se negó a asistir porque hacerlo hubiera implicado, según dijo, aceptar las reglas que imponía la cadena. Su ausencia detonó las críticas de los participantes que lo culparon de prácticamente todos los males de Nicaragua. Al coincidir en la urgencia de acabar con la reelección, hicieron una alusión directa a Ortega y a su deseo de regresar al poder.
A punto de cumplir setenta años, el otrora aguerrido Comandante Cero, Edén Pastora, uno de los líderes del movimiento revolucionario que derrocó a Somoza en 1979, lució sus canas, sus lentes, su sobrio traje. Constantemente interrumpido por los moderadores al abusar del tiempo que le daban para responder, el candidato propuso volver a lo básico; repartir leche, galletas y cajeta vitaminada a la niñez de su país para sacarla adelante.
El joven que estudió Medicina en Guadalajara, el hombre que un día se juró terminar con una dictadura generacional que provocó el asesinato de su padre, el que se jugaba la vida con cada plan, el que contaba chistes colorados a sus compañeros revolucionarios, el que fue acusado de traidor por unos y tratado como héroe por otros, el que se desilusionó de los sandinistas pero quería pasar sus últimos años pescando en su lancha de motor La Ilusión, apareció en la pantalla del televisor como un dulce e inofensivo abuelito.
Al preguntarle su postura respecto al aborto, Edén Pastora contestó que prefería no inmiscuirse en los asuntos íntimos de las personas, que los presidentes debían abocarse a resolver problemas como la pobreza y no dilemas de la conciencia. No sirvió de nada que uno de los moderadores le insistiera, no hubo respuesta.
Eduardo Montealegre, de Alianza Liberal Nicaragüense, aprovechó el cuestionamiento para chantajear sentimentalmente al público, relatando la experiencia de su esposa. El médico le aconsejó abortar al descubrir que un embarazo múltiple ponía en riesgo su vida; ella se negó y dio a luz a una hija que ahora tiene 18 años. Con esta anécdota, el candidato de ALN afianzó su imagen y avanzó en la carrera a las elecciones que se llevarán a cabo en noviembre.
Gracias a la sinergia entre el Canal 2 y CNN en Español, no sólo los nicaragüenses tuvieron acceso a este foro. La necesidad de impulsar la educación, de combatir la pobreza y el desempleo, de encontrar un equilibrio entre la justicia social y la competitividad a nivel internacional, fueron las necesidades, las preocupaciones que se pusieron sobre la mesa y que, finalmente, comparten todos los pueblos latinoamericanos.
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