El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- VH1 y la nostalgia por los 80. En la época del cabello esponjado, las hombreras y lo fosforescente, nace VH1 (Video Hits One), canal hermano de MTV, creado para gente más adulta; más adulta y menos ?cool?.
Veinte años después, el canal que repetía hasta la angustia videos de Phil Collins, Sade, Whitney Houston y Kenny G, prácticamente le ha quitado la V a su nombre al sustituir los videos por reality shows (La Vida Surrealista, Mi Amado Brady -que protagoniza el patético Chris Knight, alias Peter Brady- y Destrozando a Bonaduce), conteos (Las 100 más grandes estrellas adolescentes de todos los tiempos, Las 40 canciones más grandes del Metal), películas de los 70, 80 y 90 (Naranja Mecánica, The Breakfast Club -con la reina de los filmes ochenteros, Molly Ringwald-, Ferris Bueller?s day off y Notting Hill ) y series (Miami Vice).
Con este nuevo concepto, VH1 busca atraer a los treintones y cuarentones, pertenecientes a una generación X ávida de recuerdos. Así se diferencia una vez más de MTV, que incluye en su programación shows como el pseudo reality Laguna Beach, Los Invadecuartos, o Jackass, dirigidos al público adolescente y veinteañero.
Sintonizar VH1 es gozar la ?interpretación? de Duckie, el personaje mítico de la película Pretty in Pink; emocionarse cuando Don Jonson, enfundado en su saco color melón, persigue a la mafia de Miami; averiguar qué le deparó el destino a Ralph Macchio, el Karate Kid; confirmar que nos gusta más el Tom Cruise de la época de Top Gun, cuando todavía no enloquecía, literalmente, por Katie Holmes.
De pronto, el canal recuerda su razón de ser y programa, entre una reminiscencia y otra, videos como el de la versión de One, en la que Bono hace dueto con Mary J. Blige; Me Voy, de Julieta Venegas (VH1 Latinoamérica comenzó a transmitirse en 2004); o la deliciosamente sacrílega Sin, Sin, Sin, de Robie Williams.
Es a través de los contenidos ochenteros que recordamos la música, la moda, el ?feeling? de una década satanizada por muchos que la consideran frívola, materialista, ingenua; sublimada por quienes la recuerdan como una época más bien inocente, divertida, despreocupada.
El éxito VH1 es, entonces, su poder para activar la máquina del tiempo y permitirnos regresar por momentos a los años que, afortunada o desafortunadamente, ya pasaron. VH1 se transmite por canal 60 de Megacable.