Durante este periodo vacacional, tal vez resulte difícil convivir más horas con los hijos, sin embargo, el verano puede ser un buen momento para hacer un verdadero intento por llegar a conocerlos bien.
EL UNIVERSAL-AEE
MÉXICO, D.F.- ¿Sabe quiénes son los mejores amigos de su hijo?, ¿qué programa de televisión es su favorito?, ¿cuál es su comida preferida? Dése la oportunidad en este verano de acercarse a ellos y conocerlos.
La convivencia en familia no sólo es sana, recreativa y estimulante para los niños, también lo es también para los padres.
Durante este periodo vacacional, tal vez resulte difícil para muchos padres el convivir más horas con sus hijos, pues acostumbrados a la rutina laboral y escolar son pocas las ocasiones que tienen para pasar junto a ellos largos periodos de tiempo; sin embargo, el verano puede ser un buen momento para aprovechar esta circunstancia al máximo y puede empezar por cuestionarse qué tanto conoce usted a su hijo y a hacer un verdadero intento por llegar a hacerlo a profundidad.
De acuerdo con la sicóloga María Teresa Barrera, del centro Casiopea, espacio de escucha y reflexión, los papás pueden iniciar con preguntas como ¿quién es o quiénes son los mejores amigos de mi hijo/a?, ¿qué programa de televisión le gusta más?, ¿con qué personaje se siente identificado/a?, ¿cuál es su color favorito?, ¿qué tipo de ropa le gusta más?, ¿cuál es su actividad favorita?, ¿qué tipo de comida prefiere?
"Algunos padres quizá quieran justificar que ignoran las respuestas poniendo como pretexto el trabajo y argumentando que es preferible ofrecer una mejor calidad de vida a sus pequeños, pero la realidad es que en muchos casos encontramos papás que no conocen a sus hijos, que no conviven con ellos, a quienes les falta empatía y capacidad de adaptación y que pretenden que sean sus niños los que se adecuen a sus necesidades y no al revés", dice Barrera.
Sin perder el rol de autoridad, de guía y de responsabilidad sobre los hijos, los padres se pueden acercar a sus hijos de las siguientes formas:
-Que se sienten con ellos a ver los programas favoritos de los niños, pidiéndoles que les cuenten la trama de la serie o caricatura y la historia de los personajes.
-Evitar los juicios de valor, por ejemplo: ¡qué programa tan aburrido! ¡qué muñeco tan tonto! ¡esos programas son para gente boba!
-Permitirles de vez en cuando usar el color y la ropa que les agrada, aunque le disguste al adulto.
-Desarrollar una capacidad de aceptación y adaptación, sin que se rebasen los límites de la integridad o la seguridad de los hijos, es decir, si el niño quiere hacerse un corte de cabello a la moda, el padre debe valorar la conveniencia, y si no hay elementos que pongan en riesgo a su hijo, aceptar, aunque el adulto no esté muy satisfecho.
-Destinar un tiempo diario para la convivencia de al menos media hora. Puede tratarse de juegos dentro de la casa, o bien, salidas a la calle.
Es importante aclarar que un niño nunca podrá estar a la altura de un adulto, por lo que se deben evitar situaciones en las que el juego se convierte en competencia entre ambos.
-Involucrar a los menores en las labores domésticas. Pedirle que ayude a arreglar su cama y su cuarto, que lave los trastes o que ayude a preparar la comida en forma grupal.
Esto ayudará a que el menor se sienta aceptado, querido y seguro de quién es y de sus propios deseos, además se reforzará su capacidad de decisión.
Hay que salir
Buscar lugares fuera de casa para la convivencia es muy importante, porque ofrece la oportunidad a la familia de mirarse de una forma distinta, pues se trata de otro contexto y no hay pretextos para evadir la comunicación.
Para la especialista, buscar actividades fuera del hogar que involucren la participación de todos los miembros es algo muy importante, porque las exigencias de un nuevo lugar ayudan a modificar la relación.
"Por ejemplo, en un campamento, los padres pueden enseñar a los hijos a comer lo que hay en ese sitio, el hecho de buscar dónde dormir les ayuda a desarrollar mayor capacidad de adaptación a situaciones adversas y también se estrechan las relaciones, porque en este tipo de actividades es necesario crear alianzas",
dice María Teresa.
Finalmente, la especialista aconseja que los padres organicen sus actividades y obligaciones anteponiendo la convivencia, incluso sobre el estatus socioeconómico.
