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Conviven en bien de la literatura

NIRIA RAMOS MARÍN

Librerías formales y tiendas del libro usado han aprendido a convivir en La Laguna, con el objetivo primordial de que más gente se acerque a la literatura. Encargados de la Librería del Maestro y de la Librería del Isauro Martínez coinciden en que estos establecimientos complementan su misión de fomento a la lectura, pues son sitios para los lectores ávidos de títulos o ediciones antiguas que pueden adquirir a precios bajos, sin representar una verdadera competencia. Saben que el lector es quien decide qué adquirir de acuerdo a sus necesidades y posibilidades y lo que importa es la literatura, pues es efectiva llegue desde donde llegue.

EL SIGLO DE TORREÓN

GENERAN CAPITAL INTELECTUAL

?Lo que afecta es el ?robadero? de libros que se hacen en las escuelas y que los venden en las librerías del libro usado, incluso algunos de los trabajadores de las librerías se roban los libros y van y los venden ahí?, dice Sergio del Bosque, asesor pedagógico de la Librería del Maestro.

Comenta que ?esto es igual que en los empeños, la mayoría de las cosas -un 50 ó 60 por ciento- que se encuentran ahí son robadas?.

Sin embargo, aclara que las tiendas del libro usado no afectan, ?al contrario, porque lo que buscamos los libreros que tenemos un sentido de lo que es el capital intelectual, es que la gente de alguna manera lea y si vamos despertando el aliento, vamos despertando el hábito de leer, pues cuando el alumno se acostumbra a leer al rato ya está leyendo cualquier libro de interés general, y esto construye un capital intelectual?.

Entonces el asesor de la Librería del Maestro reitera que esos establecimientos ?no hacen daño, al contrario, son solidarios porque están generando el hábito de la lectura?.

Aunque dice que en el ámbito de los libros de texto el panorama cambia: ?Obviamente sí es un poquito difícil en los libros de texto, pero algunos de los libros que venden ahí pues ya están descontextualizados, ya son ediciones viejas, y las que nosotros tenemos pues son ediciones nuevas?. Agrega que a veces algunos papás, en el ánimo de ahorrar 100 pesos, ?van y compran el libro viejo y no se dan cuenta de que están comprando una edición anterior?.

Opina que el fomento a la lectura debe partir desde la educación en las escuelas: ?El profesor no enseña a aprender por temas?, pues asegura que si se aprueba una nueva dinámica en donde los maestros enseñen en base a temas y no en base a páginas de los libros, ?y si algún tema no viene en el libro, pues recurrimos a otro libro donde venga, pero aprovechamos los libros viejos y no los discriminamos porque eso genera un ahorro económico?.

DIFERENCIA DE PRECIOS NO ES ABISMAL

Por su parte Adriana Hermosillo, encargada de la Librería Isauro Martínez del Fondo de Cultura Económica (FCE), coincide con Sergio del Bosque al afirmar que ?realmente no creo que sea muy fuerte la competencia, la gente que busca ese recurso la tiene difícil para encontrar uno, tiene que echarse así como que un ?clavado? en busca de un garbanzo de a libra, entonces hay un nivel que sí lo busca, pero mucha otra busca el libro nuevo, información rápida, en buenas condiciones, es la que viene acá?.

Además, explica Adriana que son muchas las personas que van a comprar libros usados porque tienen el ?vicio de la lectura y económicamente no lo pueden absorber, entonces para ellos ha sido un alivio este tipo de establecimientos. Lo que yo creo es que si estos lugares no existieran, ellos de todas formas no podrían venir a consumir a las librerías con la misma frecuencia y cantidad de libros como lo hacen en ésas?.

Opina que la diferencia de precios no es tan abismal como se pudiera pensar, pues dice que en la Librería del FCE se están manejando libros desde los 20 pesos, aunque tienen ediciones especiales que pueden llegar hasta los mil 500; además, apunta que siempre tienen lo último en libros ?pues ahora con el Internet nos enteramos primero de las novedades, las solicitamos y tenemos un servicio muy eficaz, muy rápido?.

Agrega que el comprar libros nuevos se provoca un flujo entre la producción de los autores y eso hace que la gente tenga más variedad y calidad: ?Sí, por el costo que hay en producción, y que necesitamos que la gente los adquiera para que esto se siga manteniendo. Muchas veces cuando van al usado van por un título en especial, y lo que hace bien es ver más, conocer más, saber qué más existe?.

Comenta que ha notado una característica en específico de los buscadores de libros usados: ?Buscan algún título que se dejó de editar, entonces un buen recurso es ir a donde alguien ya desechó algo ya muy viejo que no lo considera con valor, igual lo encuentras, ¿no??.

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