La debilidad del mercado laboral se concentró en el sector fabril y el comercio.
EFE
Washington, EU.- Estados Unidos creó menos trabajos en septiembre de lo esperado, pero aún así redujo el desempleo al 4.6 por ciento, en un mes en el que la cifra de personas que abandonó la fuerza laboral superó a la de incorporaciones al mercado.
La debilidad del empleo el mes pasado se concentró en los sectores fabril y de comercio minorista, y fue compensada por las ganancias en el cuidado de la salud y las actividades financieras, señaló hoy el Departamento de Trabajo.
En total se generaron 51 mil nuevos empleos, por debajo de los 120 mil vaticinados por el consenso de los analistas, aunque se revisaron al alza los datos de julio y agosto.
Además, el Departamento de Trabajo indicó, en una estimación preliminar, que se crearon 810 mil puestos más de lo previsto en los 12 meses que acabaron en marzo de este año, una revisión que el Gobierno hace cada año y que se basa en datos más completos.
"La verdadera historia del día está en la revisión", dijo hoy en una nota a sus clientes David Wyss, economista jefe de la agencia de calificación Standard & Poor?s.
La ensalada de cifras "confundió a mucha gente", según dijo a Efe James Glassman, economista del banco de inversión JPMorgan, con sede en Nueva York.
En opinión de Glassman, la confusión radicó en que la debilidad de septiembre convive con una revisión positiva en meses precedentes.
Glassman señala que, según lo anunciado ayer, se crearon casi 70 mil puestos de trabajo más al mes entre marzo de 2005 y marzo de 2006, es decir, una media de casi 230 mil trabajos, en lugar de los 160 mil calculados inicialmente.
El experto de JP Morgan considera que con esas estadísticas sobre la mesa, EU se aproxima a una situación de pleno empleo, que la Reserva Federal (Fed) entiende como aquella en la que la tasa de desempleo se sitúa en el 4 por ciento.
Esa tendencia hará "que la Fed no tenga prisa por recortar los tipos de interés", según Glassman, ya que aunque la economía muestra menores tasas de crecimiento, "el mercado laboral todavía está robusto, el dólar fuerte y la inflación no supone una amenaza".
No obstante, no todos los analistas piensan que las presiones inflacionarias sean bajas.
Muchos creen que la inflación todavía supone un riesgo y que hay espacio para que las autoridades monetarias estadounidenses encarezcan el precio oficial del dinero.
Por lo demás, la Bolsa neoyorquina recibió con poco entusiasmo los datos laborales.
Según los que comparten la visión de Glassman, la reacción obedecería a que no está claro que el banco central estadounidense vaya a recortar las tasas el año próximo, como los mercados han adelantado en las últimas sesiones.
Quien sí celebró los datos por todo lo alto fue el presidente de EU, George W. Bush, que aprovecha la primera de cambio para insistir en la buena salud de la mayor economía del planeta.
"La economía está fuerte", dijo Bush en un discurso en una planta de la empresa FedEx en Washington.
El presidente habló de "buenas noticias" como la caída de los precios de la gasolina, el menor desempleo y los mayores salarios.
La mayoría de analistas tiene un tono menos triunfalista, aunque cada vez son más los que piensan que aunque la economía avanza hacia una fase más lenta de crecimiento no corre peligro de adentrarse en una recesión, como temen algunos.
En lo que hay menos consenso es en que los salarios están creciendo.
Los economistas recuerdan a menudo que unos datos debidamente torturados son capaces de decir lo que uno quiera y eso es, en opinión de Glassman lo que hace la Casa Blanca.
"La compensación de los trabajadores (que incluye, además del sueldo, el seguro de salud pagado por la empresa, la contribución a los planes de pensión y otras retribuciones) está aumentando, pero no está claro que los salarios reales (ajustados por la inflación) vayan a aumentar", apunta Glassman.