EL UNIVERSAL-AEE
WASHINGTON, EU.- Con la ayuda de tres importantes empresas de telecomunicaciones, el Gobierno estadounidense colectó en secreto millones de datos de usuarios del servicio de telefonía como parte de su campaña interna antiterrorista, reveló ayer la prensa.
La Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés), encargada del espionaje electrónico, llevó a cabo este programa de manera indiscriminada, pues la mayoría de los casos no tiene sospechas de crimen alguno, de acuerdo con el diario USA Today.
El diario, que citó fuentes conocedoras del programa, explicó que no incluye la intercepción de llamadas sino datos de números de teléfono, tanto de llamadas recibidas como hechas, a fin de analizar “tendencias”, en un esfuerzo por detectar actividades terroristas.
“Éste es el mayor banco de datos del mundo nunca antes implementado”, dijo otra fuente al rotativo que pidió guardar el anonimato, quien explicó que el objetivo de la NSA es establecer un banco de datos sobre cada llamada hecha dentro de Estados Unidos.
Para este programa, la NSA ha contado con la asistencia, bajo contrato, de las compañías telefónicas ATT, Verizon y BellSouth, en tanto que Qwest declinó participar, citando razones legales. De acuerdo con el diario, el programa fue establecido poco después de los ataques terroristas del 11 de septiembre (11-S), con el propósito de “identificar y rastrear sospechosos de terrorismo”.
La nueva revelación va más allá del programa de espionaje, aplicado también por la NSA después de septiembre 11, y que según el propio presidente George W. Bush sólo se aplica en llamadas internacionales desde o hacia el país y con sospechas de actividades terroristas.
Las fuentes indicaron al USA Today que los alcances del programa llevado a cabo por la NSA son más amplios de lo que la Casa Blanca había reconocido después que el New York Times reveló meses atrás la existencia del programa de intercepción de comunicaciones en el país.
El programa parece también haber puesto fin a la naturaleza privada de las llamadas de millones de estadounidenses comunes, pues a decir del diario, de esta manera la NSA ha ganado “una ventana secreta” para conocer sus hábitos de todo tipo de llamadas.
Aunque el nuevo programa no está orientado a colectar información tal como nombres, direcciones u otro tipo de información personal, el diario apunta que este es irrelevante dado que con los números de teléfono, acceder a ello es cosa segura.
Don Weber, vocero de la NSA declinó comentar sobre la operación de la ultra-secreta agencia, indicando que “dada la naturaleza del trabajo que hacemos, sería irresponsable comentar sobre operaciones actuales o supuestas”.