La Habana, (EFE).- Una veintena de diseñadores de vestuario y artistas plásticos cubanos se unieron en el proyecto "Arte y moda" para crear vestidos inspirados en el universo del tabaco.
Las bellas etiquetas de las cajas de los puros de los siglos XIX y XX de viejas marcas como H. Upmann, Partagás y Romeo y Julieta, o las modernas Cohíba y San Cristóbal de La Habana sirvieron de modelo para 20 diseños de ropa.
Los diseños se presentaron en un particular desfile en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana.
"Estos artistas, entre ellos cuatro creadores de la plástica, por primera vez conciben un vestuario con la gestualidad y la música incorporada, y todos los elementos que deben caracterizar a un diseño de ropa", declaró a EFE el creador del proyecto, Rafael Méndez González.
En la iniciativa participaron, entre otros, el Premio Nacional de Diseño 2005, Rafael de León, diseñador de vestuario del famoso cabaret Tropicana y sus colegas Otto Chaviano, Ignacio Carmona, Yosvany Martínez, Piedad Subirat, Mario Freixas, Jesús Frías, Oobniel García y Fidel Aguilera.
El orfebre José Rafart, los pintores Michel Mirabal Nelson Domínguez y Flora Fong, así como la escultora Isabel Santos, prestaron sus obras a la imaginación de los diseñadores de moda.
Al proyecto se sumaron los artistas plásticos Liam Domínguez, Michel Mirabal, Idania Pérez y Lourdes León.
Una majestuosa figura con vestimenta futurista representativa de una joya escultórica de Rafart abrió el desfile, que incluyó singulares versiones contemporáneas de diseños.
En estas versiones se mezclan técnicas como el batik, el patchwork, el tejido manual de macramé o a crochet, el bordado beauvais, el papier maché y las cuentas de cerámica a colores.
La diseñadora María Salomé Morales se inspiró en el cuadro "Historia del tabaco" de la pintora Fong, creado especialmente para este proyecto para recrear las nervaduras de la hoja del tabaco, la coloración, el humo y la calidez.
El vestido creado por Morales está cortado en líneas verticales con tejido en tonos degradados que sugieren las etapas del secado y la textura de las hojas del aromático tabaco, salpicadas de caracteres de la escritura china subrayadas en lentejuelas y el bordado a beauvais en color negro describe las nervaduras.
"Fue un trabajo de conjunto con Flora, en el que tuve en cuenta todos los elementos que ella utiliza desde el punto de vista cromático, con tonos como el amarillo y el naranja del sombrero que simbolizan el amanecer", explicó la diseñadora.
La pintora y grabadora Domínguez combinó su especialidad con el diseño de una pieza en un dueto con su colega Martínez para crear un original traje de estilo vanguardista, con un corsé modelado en papier maché y una falda elaborada sobre papel pellón (doblado).
Martínez subrayó que esta obra se confeccionó "como dos vestuarios, uno que es la piel (de la modelo) y otro exterior. Es una guerra entre ella y el vestuario".
Para Domínguez, la experiencia fue "muy interesante" porque "el mundo de la moda es muy diferente a la pintura". Agregó que tuvo que interpretar la obra y darle un toque personal.
Méndez González considera que esta iniciativa, coordinada entre el Fondo de Bienes Culturales, la sección de textiles de la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas (ACAA), y el Taller Escuela Experimental de Diseño, debe continuar en el futuro.
"Nos hemos propuesto un diálogo entre artistas y diseñadores de manera tal que el diseño crezca, se convierta en arte, porque se dice que la moda será el arte portable del futuro y creo que estos pasos irán encaminados hacia eso", señaló.
