Washington, (EFE).- Un equipo de científicos ha completado los primeros mapas de alta definición de todos los ríos de América del Sur, con los que creen que se podrán entender mejor los hábitos de la fauna que vive en ellos y proteger el medio ambiente.
Aunque hay planos detallados de los ríos grandes del continente, los nuevos mapas describen el discurrir del agua incluso en el último rincón de la cuenca del Amazonas con una resolución de 90 metros.
Eso es precisamente lo que le interesaba al World Wildlife Fund (WWF), la organización no gubernamental que ha llevado a cabo el proyecto, denominado "HydroSHEDS".
"Nosotros intentamos conservar la biodiversidad, por ello tenemos que saber más sobre las regiones remotas", explicó Bernhard Lehner, el hidrólogo que ha montado los mapas.
En esos sitios, donde en los atlas hay espacios en blanco, es en los que existe más probabilidad de descubrir nuevas especies y donde la huella del hombre es más leve.
Los mapas estarán a disposición del público desde abril en los sitios de Internet www.worldwildlife.org/hydrosheds y http://hydrosheds.cr.usgs.gov.
Allí se podrá pulsar en la cuenca del Amazonas, después en el río Madre de Dios, un tributario, y de allí incluso a sus pequeños afluentes.
América del Sur es sólo el primer paso y el WWF pretende tener listas los mapas de los ríos de todo el mundo dentro de un año.
Uno de sus usuarios será Mark Bryer, de la organización ecologista "The Nature Conservancy" (TNC), quien explicó que la exactitud de los mapas les facilitará el trabajo de conservación de las cuencas altas de los ríos Paraguay y Paraná.
"Es una oportunidad para restaurar las áreas a lo largo de los arroyos y mejorar la calidad del agua", señaló.
WWF ha elaborado los planos cartográficos según los datos de altitud captados por una misión de un transbordador de la NASA en 2001, que hizo la primera radiografía de la elevación en todo el planeta.
A partir de esos datos, Lehner diseñó las cuencas hidrológicas, que informan de por dónde corre el agua en su camino hacia el mar.
No obstante, este método ha dado lugar a algunos errores. Por ejemplo, los mapas muestran ríos donde no los hay en la provincia argentina del Chaco, una región semi-desértica, por lo que deberán ser corregidos, según Lehner.
El problema es que los planos revelan por dónde pasaría el agua, si la hubiese, y no cuánta hay.
Ese es un dato que deberá ser añadido con comprobaciones sobre el terreno y que es clave para determinar el agua disponible para consumo humano o calcular los efectos del cambio climático.
Otras cartas siguen los límites a veces caprichosos de las fronteras políticas y unir las piezas de planos elaborados por distintos Gobiernos con una resolución diferente frecuentemente no funciona.
"Si intentas juntar los mapas de Brasil y Perú vas a tener ríos que no encajan unos con otros", dijo Lehner.
A pesar de estas limitaciones, los mapas permiten mirar a América Latina como un ecosistema interrelacionado, donde lo que pasa en un pequeño afluente tiene consecuencias en toda la cuenca hidrográfica.
Los nuevos planos permiten determinar a dónde irán, por ejemplo, los vertidos de una mina en una corriente, sin importar que haya fronteras políticas de por medio.
Si se coloca encima un plano de población también se sabrá a cuánta gente afectarán, explicó el experto.
Otra aplicación posible es entender mejor la distribución de los peces.
Los ictiólogos marcan puntos de altitud y latitud cuando recogen datos sobre una especie, pero los nuevos mapas pueden decirles si varios peces están en la misma cuenca hidrográfica y si tienen posibilidad de aparearse.
