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COLOMBO, SRI LANKA.- Los temores sobre una posible guerra civil en Sri Lanka se agudizaron ayer tras nuevos enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas y los rebeldes tamiles, que dejaron al menos 38 muertos.
Fuentes oficiales dieron cuenta del último combate ayer sábado registrado en la isla Mannar, costa noroccidental de Sri Lanka, donde milicianos de los Tigres de Liberación Tamil Eelam (TLTE) atacaron una base naval, de acuerdo con reportes de prensa conocidos aquí.
El hecho inició cuando embarcaciones rebeldes rodearon a las militares cuando éstas efectuaban un patrullaje de rutina, tras lo cual se desató un intercambio de fuego, que habría dejado alrededor de 25 milicianos y ocho marineros muertos.
En el enfrentamiento, que se prolongó por espacio de dos horas, también resultaron heridos un número indeterminado de pescadores en la zona, que según un sitio Web favorable a los rebeldes estimó en más de 40 lesionados.
Este combate siguió a los ataques aéreos que el Gobierno lanzó el jueves y viernes pasados sobre posiciones tamiles, luego que los rebeldes perpetraron un atentado contra un autobús en el centro de Mannar, que se saldó con unos 64 muertos.
El incidente de ayer sábado se produjo horas después de que un barco rebelde explotó a unos 17 kilómetros al norte de la costa de Colombo, informó la Policía y agregó que sus dos tripulantes lograron escapar, pero tomaron cianuro y se encuentran en estado grave.
Por otra parte, al menos cinco personas perecieron y otras 47 resultaron heridos cuando las Fuerzas de Seguridad irrumpieron en una iglesia en la aldea de Pesalai, en el norte cingalés, donde se habían refugiado unos 200 civiles de la etnia tamil.
De acuerdo con testigos del hecho, los militares dispararon de manera indiscriminada contra los presentes, acusaciones que el Ejército negó y aseguró que todas las víctimas eran rebeldes que atacaron a la población de esa aldea.
Se trata de los últimos hechos violentos en Sri Lanka, cuya gravedad y constancia hacen temer la posibilidad de que estalle una guerra civil, pese al compromiso con la paz que el Gobierno ha reiterado en repetidas ocasiones.
De hecho, ayer sábado el ministro cingalés de Defensa, Keheliya Rambukwella, insistió en rueda de prensa que aunque el Gobierno sigue comprometido con el proceso de paz, tomara cualquier paso para salvaguardar la seguridad nacional.
