CRÓNICA DE VIAJE
POR RICARDO RUBÍN
POR ASTURIAS, EN EL TRANSCANTÁBRICO
Para conocer bien lo mejor del Norte de España, como Galicia, Asturias y León, nada como un crucero sobre rieles en el ferrocarril Transcantábrico.
La excursión completa para recorrer esas regiones es de ocho días y siete noches, y lleva al viajero a las siguientes ciudades: De Santiago de Compostela, a donde muchos pasajeros abordan el tren después de peregrinar a su santuario, el viaje sigue a El Ferrol, Vivero, Ribadeo, Luarca, Cudillero, Oviedo, Gijón, Ribadesella, Cabezón de la Sal, Llanes, Santillana, Santander, Bilbao, Espinosa de los Monteros, Arija, Vado, Guardo, Cistierna y León. Como ven, es un largo viaje pero muy rico en experiencias y conocimiento de la España del Norte.
La salida es cada sábado, de mayo a octubre, y el costo del viaje es de cuatro mil euros en suite doble, y tres mil en suite sencilla.
El viaje es fantástico y barato, si se considera que lleva todos las comidas incluidas, se duerme en suites lujosamente acondicionadas con camas cómodas y elegantes, con baños que tienen hidrosauna, turbomasaje, baño de vapor, secador de pelo, albornoz, zapatillas y un neceser bien surtido.
Las suites tienen camas matrimoniales o individuales, y llevan además minibar, ropero, armario, escritorio y teléfono con línea al exterior.
El Transcantábrico puede compararse a cualquier crucero de lujo que navegue por el Caribe, pues lleva además cuatro vagones-bares, pista de baile, biblioteca y salones para descansar, leer, contemplar el variante paisaje o entablar relaciones sociales.
Las comidas son exquisitas, preparadas por un grupo de chefs de altos vuelos: se ofrecen a bordo todos los días desayunos buffet, y comidas y cenas en los mejores restaurantes del exterior, donde para el tren, con vinos incluidos, así como guías que llevan a los pasajeros en lujosos autobuses a conocer lo mejor de las 18 ciudades donde el tren se detiene.
Entre lo más interesante que se conoce en el largo viaje, destaca un paseo en yate por el río de Vivero, el casco antiguo de la ciudad de Oviedo, subir a los Picos de Europa, admirar la colegiata de Santillana del Mar y las cuevas de Altamira, visitar el palacio Euskalduna y el Museo Guggenheim de Bilbao.
También los viajeros del Transcantábrico admiran el Canal de Castilla, la villa romana de La Olmeda, la basílica romana de San Isidoro y el convento renacentista de San Marcos.
Además de los vagones ya mencionados, el tren lleva seis especialmente adaptados con las 24 las suites en que se aloja a los pasajeros, por lo que para disfrutar de este maravilloso viaje hay que comprar los boletos con la mayor anticipación.
El Transcantábrico sirve sólo comidas gourmet, con una presentación impecable, y su selección de vinos es impresionante.
Mientras el tren rueda por las tierras del Norte de España, los pasajeros matan el tiempo jugando juegos de salón, tomando sus licores preferidos, o contemplando la variedad siempre cambiante de los paisajes de Galicia, Asturias y León.
