Visita al Vaticano
Estar en Roma y no conocer las principales instalaciones del Vaticano es imperdonable, porque ese pequeño territorio es la sede espiritual de todos los católicos del mundo. Por eso, hagamos una breve visita a lo más destacado del mismo.
El Vaticano es una ciudadela fortificada con murallas medievales y construido al otro lado del río Tiber. Está cerrado en todo su contorno excepto en el extremo Este donde se ubica la Basílica y la Plaza de San Pedro.
Este minúsculo territorio es autónomo en todo y tiene su propia guardia de seguridad, la famosa Guardia Suiza que viste uniformes diseñados por Miguel Ángel, su propia moneda, la emisión de sus sellos postales, cafetería, habitaciones para los prelados y pequeñas casas para los guardias que viven allí con sus familias.
La Plaza de San Pedro, que da entrada a la Basílica, fue construida por Miguel Ángel y Rafael, tiene capacidad para 400 mil personas y está rodeada de 284 columnas dóricas diseñadas por Bernini.
En el interior de la Basílica son notables la tumba de San Pedro, debajo del altar, y la escultura ?La Piedad?, de Miguel Ángel, que representa a la Virgen y a Cristo muerto.
Pocos visitantes a la Basílica saben que debajo de la misma están las criptas donde tradicionalmente se entierra a los Papas. Este lugar se puede visitar haciendo una solicitud anticipada.
La Basílica está cerrada al turismo los domingos durante los servicios.
Otra de las grandes maravillas que debe admirarse es la Capilla Sixtina, que es la capilla privada del Papa, y que forma parte del conjunto de museos privados del Vaticano, pues también los hay del Tesoro, el Museo Egipcio, el Etrusco y el Museo de Arte Moderno Religioso.
La Capilla Sixtina fue diseñada y pintada por Miguel Ángel de 1508 a 1512 y en el cielorraso pintó la Historia de la Humanidad desde la Creación hasta el Diluvio. La Capilla Sixtina se puede visitar de lunes a sábado de las 8:45 de la mañana al mediodía.
Frente a la Plaza de San Pedro hay un gigantesco mercadillo donde venden toda clase de artículos religiosos. Los más solicitados son las pequeñas figuras que representan a Cristo, los rosarios de distinta clase y cuadros de algunos santos.
Lo que choca es que, en muchas de esas tiendas, vendan también la bendición papal a quien paga por ella, con una copia de la firma del Papa, en un pergamino muy elaborado y costoso. Pero lo peor es la venta de ceniceros con la efigie papal en el fondo, donde los fumadores pueden apagar sus cigarrillos. Bonachonamente, los comerciantes dicen que tales ceniceros sirven para combatir el vicio del cigarrillo.