De todos los personajes que pululan en una cancha de futbol el menos envidiable es el árbitro, ente fundamental pero incómodo. Pero todo depende del ángulo en que se mire. Un penalti para los de casa hace del árbitro un villano, y para los visitantes lo convierte en un ángel. Al final es un volado y lo único cierto es que toda actividad exige un regulador y elemento de juicio y orden, que por lo general, suele ser falible. Ser juez no se lo deseo ni al perro que me la hace de tos cuando salgo de mi casa por las mañanas. Hace cuatro años estuve en esa posición, en el concurso Arte Nuevo, que convocan la Ibero, la Dirección Municipal de Cultura y el Icocult. Jamás había sido juez previamente y me tocó la suerte de trabajar junto con el crítico Edgardo Ganado Kim (brillante, pero mulísima) y el maestro Gabriel Macotela. Evaluar un concurso de arte es difícil, pues los criterios suelen ser subjetivos y en el caso de Arte Nuevo, se suma la bronca de regular técnicas y tendencias distintas entre sí. Al principio resulta fácil detectar los trabajos que sufren carencias. Se notan los dibujos mal hechos, las esculturas sin oficio y en el caso de las técnicas experimentales, las obras sin sustento teórico. Después, quedan los menos y ahí se complica gacho. Mediar un criterio a veces implica dejar la necedad personal para lograr un consenso en lo colectivo. Aunque estresante, la experiencia fue útil y a la fecha creo que los premios otorgados tuvieron coherencia entre sí. Eran obras con un sólido sustento teórico y conocimiento del oficio. Pero hubo mucha gente que no fue favorecida y en los meses siguientes recibí montones de mentadas de madre (Ganado Kim y Macotela se regresaron al DF, pero acá su menso se quedó a recibir los tomatazos a nombre de todo el jurado). A cuatro años de distancia, el nuevo concurso de Arte Nuevo arroja propuestas frescas y nuevos ganadores, en este caso Patricia Hernández y Mauricio Ruvalcaba. Los jueces estuvieron a la altura y dieron un veredicto muy pertinente. Roberto Turnbull, artista capitalino que presidió el jurado, definió en términos prácticos los criterios a considerar: la coherencia interna del trabajo, la intención de la obra (qué quiere decir y qué no quiere decir) y los planteamientos claros, por encima de lo pretencioso. En resumidas cuentas, que una obra funcione. En este caso, el grabado de Hernández responde a los cánones clásicos de la gráfica y su ejecución técnica es impecable. La obra de Ruvalcaba es un dibujo muy efectivo y encantadoramente sencillo. En esta nueva edición de Arte Nuevo se nota el entusiasmo de los jóvenes artistas, pero también se percibe un notable aire amateur en la mayoría de las obras. Los artistas conceptuales en general demuestran estar verdes y les puede más la pretensión que el compromiso y estudio a fondo para sustentar una obra con materiales no convencionales. En lo personal rescato también la obra de José Jiménez y Jesús Flores. Ambos artistas, al igual que Patricia Hernández, han participado en importantes bienales y concursos, han tratado con galerías, han taloneado en proyectos muy interesantes, en resumen, están fogueados en el campo del arte a nivel profesional. Esta experiencia les da una ventaja notoria sobre la mayoría de los participantes. Mi recomendación para los chavos que están en el arte es que se metan a tocar puertas en las ligas mayores, que busquen foros, que ganen experiencia. Y bueno, naturalmente, para todos los lectores, va la invitación a ver esta muestra en la Casa del Cerro, nada mejor que checar el dato con los propios ojos y sacar un criterio personal.
PARPADEO FINAL
A mis cuates panistas les pido que no sean soberbios y consideren el hecho de que Felipe, si gana, lo hará por un pelo y les debe un buen trabajo a la gente pobre y a los que no creen en él. A los compadres perredistas les sugiero que sigan su escrutinio, que no caigan en la provocación ni el pleito. Les pido también un poco de autocrítica, no sean víctimas perpetuas y piensen que parte del planteamiento de López Obrador no quedó claro o fue insuficiente para lograr una votación mayoritaria. La lucha fue a muerte por ambos bandos. Una vez que salga el resultado, que se acaben los trompones y sigamos la fiesta en paz. Creo que ya estuvo, hay que seguir trabajando ¿no?
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