Todo empezó con un huevazo inesperado. Paty y un servidor caminábamos sobre la Morelos a las 10:00 de la noche, cotorreando y de buen humor después de recetarnos la obra Aventurera, donde Edith González habla medio afónica durante dos horas para hacerle a la sexy. La onda es que de la nada salió un huevo (de gallina) disparado directo a la cabeza de Paty, que pegó tremendo alarido. Afortunadamente el tiro falló y se estampó sonoramente contra una puerta. El disparo salió de un auto que se perdió en la noche. Supongo que alguien andaba tirando huevazos a la raza de la Morelos, que a esa hora por lo general suelen ser gays. Es de suponerse que querían descontar algún homosexual nomás por el puro gusto y al ver un par de gentes abrazadas tiraron al bulto, digo, de noche todos los gatos son pardos. Es una hipótesis válida, en vista del ambiente de intolerancia que suele verse en Torreón, con el acoso policial y las desafortunadas declaraciones anti gay de las autoridades municipales, asuntos bien documentados en la prensa local. A estas alturas del partido resulta triste encontrarse con situaciones donde impera la discriminación y la agresión basada en el género, color de piel u orientación sexual, pero, tristemente, es un problema vigente que se debe atacar. Y si en la vida civil no es viable la discriminación, en el terreno del arte, donde se abren los criterios en busca de nuevas y más humanas formas de pensamiento, tal actitud es de plano inaceptable. En el arte, junto con la locura, se perfila la sensatez y un ejemplo de ello fue la presentación sobre el camellón de la Morelos del colectivo de artistas escénicos El Veneno Iluminado, comandado por Chuy Flores. Su espectáculo, titulado El Principio del Fin del Mundo realmente no tuvo un principio ni un fin muy claro. Fue un conjunto de sketches de baile, poesía y farsa, algunos excelentes, otros malos y otros francamente patéticos (me pregunto quién les dijo a los payasos autodenominados ?hermanos fraude? que tenían talento). Hubo algo de poesía pretenciosa a lo Bukowsky y un blues destartalado y divertidísimo a cargo de la poetisa Carola Velásquez. Otros buenos destellos vinieron con Charly Antúnez y su hermano, que se rifaron bailando un par de números. Lo mejor quedó al final, con los estupendos imitadores de Gloria Trevi y Pita Amor. El cierre fue majestuoso con la Warhola, excepcional travesti que bailó al ritmo de Esquivel y que, con ironía e inteligencia, hizo que varios nos dobláramos de risa. Con altas y bajas, el espectáculo fue un éxito. Nadie se burló, nadie se retiró indignado, ni se sintió ofendido. No tiraron huevos ni piedras y todo fue en santa paz. Pensé en un video que vi hace poco, con Chavela Vargas cantando en un festival gay en las calles de Madrid, en una celebración masiva por la tolerancia. Supongo que el espectáculo de Chuy Flores es un pequeño pero significativo paso para llegar a ese punto, donde están algunas ciudades más desarrolladas, donde la sociedad ya se ha quitado en gran medida las telarañas mentales y vive y deja vivir.
Desde aquí mi más ardiente mentada a los imbéciles que agreden gente en la Morelos y mi aplauso al Veneno Iluminado con la certeza de que el próximo espectáculo será mucho mejor (hay potencial, es cosa de limar asperezas y por el amor de Dios mandar a su casa a los ?hermanos fraude?). En fin, ya no alego más, que la paz y la tolerancia sean.
PARPADEO FINAL
Por cultura no paramos. Hoy a las 19:00 horas, se presenta la exposición Moneda Imaginaria, un interesante proyecto donde varios artistas realizan en grabado su propia moneda ?ahem- imaginaria. El fiestón es en el Edificio Municipal, frente a la Plaza de Armas. Ahí nos vemos.
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