Después de trabajar varios años como maestro y mil usos en un instituto cultural, la óptica del arte ha cambiado radicalmente para mí. Cuando era niño asistía al teatro, a exposición o un concierto y el asunto me parecía mágico pero ahora veo las cosas con ojo clínico (aunque bueno, por más amargoso que me sigue ganando la emoción ante alguna imagen o pieza musical o teatral).
Pero antes de caer en el azote emotivo, ante una obra o evento artístico siempre me pregunto algo sencillo: ¿Cómo le hicieron? De ahí se desprenden múltiples elucubraciones y aprendizajes. Por ejemplo, viendo una función del prestigioso Circo del Sol (en video, mis economías no dieron para ir a verlo en vivo) trataba de imaginarme cómo diseñaron los vestuarios, el entrenamiento de los acróbatas y el grupo de ingenieros que ensamblaron el escenario. Pensé también en los músicos y el compositor de las piezas, en el director escénico y los encargados de las luces y el sonido. Me imaginé cuánto podría costar una cosa así y las estrategias de mercado para un circo como ése.
Después investigué en Internet y vieran la de cosas que me enteré, asuntos que aumentaron mi admiración por esta gente, que logra coordinar perfectamente un equipo numeroso para hacer posible un momento especial que puede hipnotizar a los espectadores (y de paso generar mucho dinero). La logística al servicio del arte.
Por mi parte y en mi clásica tendencia a meterme en camisa de once varas, me dio por coordinar una exposición colectiva este año y por ende ponerme en medio de la balacera. Me tocó invitar artistas, supervisar el diseño y distribución de las invitaciones, organizar el equipo técnico de montaje (es decir, la banda que cuelga los cuadros, cosa que tiene su ciencia) y negociar con el curador (aquél que ordena, selecciona y da un sentido a la lectura y el recorrido de la muestra). En conjunto, la exposición fue sumamente difícil para quienes intervenimos en la producción, organización y montaje pero funcionó como diagnóstico de lo que se está produciendo en las artes visuales locales (ya que conté el drama va la invitación completa, exposición colectiva en el segundo piso del centro comercial Galerías Laguna, horario de visita de 4:00 de la tarde a 8:00 de la noche). En fin, la idea es que la organización previa (sea sencilla o complicada) resulte invisible y quede la obra de los artistas como centro de atención.
Como en todas las profesiones, me atrevo a decir que la gente que está tras bambalinas en el arte es raza aparte y en muchos casos hay museógrafos, editores, diseñadores, tramoyistas, impresores e incluso intendentes que son verdaderos artistas.
En esta ciudad hay una creciente oferta cultural y varios espacios para la música y las artes visuales y escénicas. En cada lugar hay un equipo que hace que las cosas sucedan de la mejor manera posible. En estas vísperas navideñas es justo felicitar a toda esa raza que funge como pulmón de la cultura. Va pues mi abrazo para el equipo de Icocult Laguna, del Teatro Nazas, el Museo Arocena, Museo Regional, de la Dirección Municipal, Casa del Cerro (¡salud Lorenzo!) y de todos los espacios donde la cultura fue en el 2006 y será en el 2007. ¡Felicidades, logísticos del arte!
PARPADEO FINAL
Restan dos Crónicas del Ojo para este moribundo 2006. Así que tengo dos ocasiones para dejar a un lado lo amargoso y ponerme el gorro navideño para lanzar buenas vibras. Va pues, este primer abrazo y el próximo jueves prometo ponerme más cursi y gratuitamente propositivo y optimista. Sea. ¡Feliz Navidad a todos!
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