NUEVOS DILEMAS
Cuando alguien realiza una tarea de a gratis o empujado por la necesidad se dice que lo hizo ?por amor al arte?. Digo, a nadie le gusta romperse el lomo de gratis, pero hay excepciones. Por un lado están aquéllos de espíritu samaritano que apoyan en tareas sociales o de salud sin esperar una retribución en plata. Luminosos ellos.
Por otro lado están las personas con una vocación que, sin ser viable económicamente, representa un anclaje en su vida interior. Así tenemos a muchos que dedican horas al cuidado de su jardín, que escriben sin pretensiones, o pintan sin ser Picasso. Ellos son los amateurs, quienes encarnan de la manera más noble y sana la frase ?por amor al arte?.
Hay un tercer grupo que trabaja ?por amor al arte?. Hablo de los artistas jóvenes de Torreón, aquéllos que dedican su tiempo a capacitarse y a buscar el anhelado estatus de ?artista profesional?, es decir, aquél que vive exclusivamente de sus obras y que lleva el chivo a la mesa con sus proyectos y loqueras. En este rubro podemos incluir a muchos hombres y mujeres en nuestro país que sacan sus ingresos exclusivamente de su trabajo creativo. Desafortunadamente estos personajes no existen en esta región.
Cierto, hay pintores y fotógrafos que podrán refutarme, ya que venden su obra entre la clientela lagunera. Como respuesta vale decir que hay dos aspectos en los productores de arte: uno, la calidad de su obra y dos, su talento de merolico, que sabe vender sus piezas independientemente de su calidad. Considerando la desinformación que caracteriza al público lagunero, los segundos son los que imperan. Pero hay varios creadores jóvenes que no venden porque no saben cómo, que se dedican a otras cosas para financiar sus proyectos, que chocan con los gustos de una sociedad que no ha crecido en términos estéticos.
Son gente con premios a nivel nacional y selecciones en encuentros internacionales, que tiene calidad y que aún así choca con una ciudad que todavía gusta de los paisajitos y las muñequitas bonitas, sin galerías serias, donde las universidades tienen magros departamentos de Humanidades. Cierto, hay instituciones que apoyan hasta donde pueden, pero el panorama es gris y poco alentador en un corto y mediano plazo.
En este contexto un campanazo importante lo ha dado Martha Patricia González, joven artista lagunera ganadora del segundo premio en la Bienal Rafael Cauduro (nomás 30 mil dolaritos). Ella salió de Torreón hace un par de años buscando mejores oportunidades en la Academia de San Carlos en el DF, oportunidades que por lo visto ya encontró.
Ante la indiferencia de esta ciudad parece que emigrar es una de las opciones más tentadoras entre los jóvenes. ¿Se quedarán estos nuevos creadores en nuestra ciudad, participando de su lento pero continuo crecimiento cultural? ¿O de plano mandarán todo al traste y buscarán nuevos horizontes? Una estupenda generación de artistas se puede perder, diluir o escapar en una ciudad que celebra su Centenario sin reparar en un orgullo verdadero: la obra de sus jóvenes creadores. Felicitaciones a Martha Patricia y ánimo para todos los chavos que siguen tocando puertas aunque éstas tardan en abrirse. Los invito a que no desistan y si lo hacen, bueno, tampoco he de culparlos. Al final de cuentas, para bien o para mal, cada ciudad tiene el panorama cultural que se merece.
PARPADEO FINAL
Ahora el Peje anda en un viaje remix fabuloso, es un híbrido entre Benito Juárez, Salvador Allende, el padre Hidalgo, Simón Bolívar, con toquecillos de Gandhi, Guadalupe Victoria y Pancho Villa. Maravilloso. Nombre, menso el que se aburra en este país de loterías y matracas.
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