CRÓNICA URBANA
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Sobre la calle Blanco, entre las avenidas Hidalgo y Presidente Carranza, se encuentra el Mercado de las Flores. Ahí, entre las espinas y el olor de las rosas, trabaja Fernando Cázares Romero.
El Mercado de las Flores tiene más de 65 años de edad. Antes se ubicaba en la calle Falcón, frente al Mercado Juárez, pero desde hace 30 años su olor se percibe en la calle Blanco, entre las avenidas Hidalgo y Presidente Carranza.
Fernando heredó de sus padres el local del mercado. Dice que quitarle las espinas a las rosas o cortarle el tallo a cualquier flor, es un trabajo noble y bonito. ?Nosotros vendemos de todo: gladiolas, nubes, palmas, claveles, y otras para toda ocasión?.
Las flores que Fernando vende en su local son de los estados del sur del país, sin embargo, las compras en la Ciudad de México de donde se distribuyen al norte. Al momento de adquirirlas tienes la precaución de que estén cerradas para que duren mucho tiempo.
?Por la temporada de calor, la rosa se marchita muy pronto, por eso hay que ponerle agua fresca todos los días y darle una recortada al tallo, si es posible también hay que darle una mojadita a la flor para que dure más?.
Para tener flores hermosas, Fernando utiliza unas tijeras y una ?trucha?, que sirve para cortar el tallo. Asegura que en sus 48 años de vida y de ser florista, nunca se ha cortado los dedos con sus herramientas de trabajo.
?Estoy en esto desde que nací porque mis padres me traían de niño al local; aprendí a manejar los instrumentos desde muy chico y nunca me he cortado; otros compañeros sí han sufrido accidentes porque vienen tomados a trabajar y como no tienen la misma agilidad ni los mismos reflejos, pues se cortan?.
Fernando es padre de cuatro hijos. Su esposa, María Guadalupe, lo ayuda en los días festivos como el Diez de Mayo, ?hay fechas en las que tenemos mucho trabajo y hay que aprovechar. Ella no sabía nada de este oficio pero cuando se casó conmigo tuvo que aprender?.
El oficio de florista, comenta, es muy tranquilo pero absorbente. Y es que Fernando asegura que las vende los 365 días del año. Dice que a veces no tiene tiempo ni para comer tranquilamente, ?nada más llego a dormir a mi casa, nomas le digo a mi esposa: ?ya llegue vieja, ya me voy vieja?, pero no cambiaría por nada mi trabajo?.