Patrón de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía, características del narcisismo
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Cuando una persona es muy sensible a la crítica o a la frustración, por lo que la opinión de los demás comienza a convertirse en una obsesión, puede tratarse de un trastorno narcisista de la personalidad, señala el psicólogo, Francisco Gutiérrez.
Explica que este trastorno se caracteriza por la existencia de un patrón de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía. Este padecimiento comienza al inicio de la edad adulta. Las personas que lo sufren tienen un gran sentido de autovaloración, por lo que exageran sus logros y capacidades, esperando el reconocimiento de los demás.
?Pueden empezar a compararse con gente famosa o privilegiada, se creen excesivamente especiales e incomprendidos?, manifiesta, ?son individuos que requieren una admiración constante, pero esto sólo refleja una bajísima autoestima y muchísima preocupación por cómo son vistos por la demás gente?.
El psicólogo dice que las personas con trastorno narcisista suelen ser pretenciosas y exageran sus conocimientos. Al no tener empatía, no tienen habilidad para identificarse con las necesidades de las demás personas.
?Hay individuos que verdaderamente creen que las demás personas los envidian y piensan que ellos son los únicos merecedores de la felicitación pública, parece raro, pero este tipo de trastornos se presenta entre el dos y el 16 por ciento de las poblaciones clínicas, pero al menos el uno por ciento de la ciudadanía en general lo padece?, comenta.
El psicólogo refiere que el trastorno narcisista de la personalidad se presenta con mayor frecuencia en los varones que en las mujeres.
?Las personas con este trastorno tienen problemas en sus relaciones interpersonales, pues demandan demasiada atención, pero además exigen ser admiradas, lo cual resulta muy difícil de mantener para la pareja y los amigos, por lo que finalmente se quedan solas?, indica.
Carácterísticas
Las personas con trastorno narcisista poseen una autoestima muy vulnerable, por lo que son muy sensibles a la crítica o la frustración.
-La opinión de los demás puede convertirse en una obsesión, que les hace sentir miserables.
-Sufren también deterioro de sus relaciones sociales, como consecuencia de su necesidad continua de admiración.
-Son incapaces de arriesgarse, ante la posibilidad de sufrir frustración.
FUENTE: Francisco Gutiérrez, psicólogo
