Si una persona sufre el ataque de una o varias abejas debe sacar de inmediato el aguijón y colocar hielo o compresas de agua fría sobre la zona .
EL UNIVERSAL-AEE
El calor obliga a salir de casa a buscar un lugar donde jueguen los niños y tomen aire fresco. Los parques y jardines, incuso los bosques, son los sitios elegidos por muchos padres, que no deben olvidar que en el cálido verano las abejas trabajan horas extras en busca de néctar y suelen convertirse en una amenaza para grandes y chicos que se cruzan en su camino.
Estos insectos no atacan casi nunca al hombre, pero cuando sienten que los humanos invaden su territorio o los molestan, reaccionan y clavan su aguijón, produciendo un dolor intenso y diversas molestias que pueden derivar en situaciones severas en gente muy sensible o que tiene bajas las defensas.
Especialistas del IMSS dicen que en la primavera y el verano hay un mayor número de abejas y avispas, por lo que se incrementa el riesgo de sufrir picaduras, por lo cual recomiendan no molestarlas y alejarse de ellas, ya que un solo piquete puede provocar una severa intoxicación sistémica, que en casos extremos puede resultar mortal.
Si una persona sufre el ataque de una o varias abejas debe sacar de inmediato el aguijón y colocar hielo o compresas de agua fría sobre la zona afectada. Esto disminuye la inflamación y detiene la absorción del veneno, pero nunca hay que untar ajo, pomadas o cualquier sustancia irritante en la herida, pues sólo empeorará la lesión.
El doctor Martín Becerril Angeles, jefe del Servicio de Alergia e Inmunología Clínica del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional La Raza, dice que tras la picadura la víctima puede comenzar a sentir dificultad respiratoria, malestar general, inflamación en la zona de la picadura, hinchazón de labios y párpados, disminución de la presión arterial y presencia de ronchas en el cuerpo, y es momento de acudir al médico.
Es difícil distinguir entre abeja africanizada, altamente agresiva y venenosa, de las tradicionales, que son menos peligrosas, por ello es importante quitar el aguijón y observar el comportamiento después de haber sufrido un ataque.
Todos estos insectos, tanto las abejas como las avispas, contienen en su aguijón más de 30 sustancias altamente tóxicas, pero las de origen africano pueden destruir el tejido de los vasos sanguíneos y glóbulos rojos.
Becerril Angeles señala que son más susceptibles a sufrir complicaciones las personas que previamente han sido atacadas por las abejas o avispas.
El mayor riesgo de intoxicaciones por picadura de la abeja africanizada lo tienen personas mayores de 20 años, mientras que su incidencia más alta de mortalidad se ubica después de los 50 años, debido a que gran parte sufren de enfermedades o alteraciones cardiovasculares, lo cual empeora la reacción alérgica al veneno.
