Félix Cruz comparte los momentos que marcaron su vida: el Mundial de México 1986.
?Nene, Nene, entiende, estás muy chico y te pueden quebrar, no me metas en problemas con tus padres?, fueron las palabras del entrenador Carlos ?El Charro? Lara a un joven de 15 años de edad, de nombre Félix Cruz Barbosa Ríos, quien deseaba ser tomado en cuenta en el plantel que iba a transformarse de Laguna en Coyotes del Neza en la temporada 1978-1979.
Alemania Aquí
Félix Cruz insistía en jugar en el nuevo equipo, que había adquirido la franquicia de la Ola Verde, a la cual había llegado meses antes, después de haber sido rechazado en tres ocasiones por Esteban ?Cachuchas? Méndez, en ese entonces entrenador de la Selección Laguna, con la cual quería participar en el Torneo Nacional de Futbol Benito Juárez, para que lo pudiera ver algún visor de un equipo de Primera División.
Carlos ?El Charro? Lara (QEPD) y Esteban ?Cachuchas? Méndez estaban muy lejos de imaginar que aquel jovencito de la colonia San Joaquín tenía el temple suficiente para superar esos rechazos y alcanzar las metas que se había propuesto.
Félix Cruz Barbosa Ríos se quedó solo con su maleta en el estacionamiento del entonces Estadio Moctezuma, ahora Corona, sin embargo, no se dio por vencido.
Un difícil camino
El camino no fue fácil, un llamado a la Selección Nacional Juvenil, dirigida en ese entonces por José Moncebáez, empieza a favorecer el ascenso, aunado a la buena disposición de Miguel Ángel Román, entrenador del equipo Veterinaria La Vaquita, quien le ayudó para que ingresará en 1979 a la organización de los Pumas, de donde fue prestado dos años al equipo Nissan de Yokohama, Japón.
En canchas japonesas adquirió el fogueo para que Bora Milutinovic lo debutará en 1983 con los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México, de los cuales fue convocado a la Selección Nacional que participó en el Mundial de México 1986.
Experiencia imborrable
A 28 años de distancia Félix Cruz Barbosa cuenta para Alemania Aquí las emociones que sintió al ser llamado para asistir a esa justa mundialista, dijo: ?Fue una felicidad muy grande, en el momento en que uno se entera que está dentro de la lista para participar en un Mundial, tu mente se transporta a los inicios, cuando uno es jugador amateur, cuando sales del barrio, todo el proceso que pasaste para llegar a lo que uno soñó.
?En ese momento pensé también en la familia, en mis hermanos, en mis padres, que me apoyaron mucho, eso me fortaleció y creo que para ellos fue el mejor premio que les pude dar, el ser un digno integrante de la Selección Nacional, puntualizó el ex mundialista mexicano?.
El primer juego
Visiblemente emocionado narró como fueron los momentos en que la Selección Nacional entra al Estadio Azteca para jugar contra Bélgica y la gente empieza a cantar el Himno Nacional.
?En principio debo confesar que es una sensación de nerviosismo, aunque hubiéramos tenido preparación sicológica antes del Mundial, pero siempre te entran esos momentos de tensión y más cuando llegas al Estadio Azteca y lo ves repleto de gente coreando el nombre de México?.
Félix Cruz admite que esa es una sensación que no ha perdido hasta el momento, pero más que nada fue la alegría interna que sentía en ese momento porque sabía que estaba representando a su país, que había millones de mexicanos viendo el juego por la televisión y lo único que pasaba por su mente era que no podían fallarle a la afición.
?Toda esa sensación desapareció y disminuyó por completo cuando Fernando Quirarte anotó el primer gol a Bélgica, que para nosotros fue un desahogo, un desbordamiento de alegría y de tensiones que habíamos acumulado durante el partido, ese tanto nos dio fortaleza, seguridad y confianza para obtener una victoria muy importante, que fue un gran paso hacia la siguiente fase?, puntualizó.
Guaranís complicados
Hace una pausa y reconoce que después del empate frente a Paraguay les quedó un mal sabor de boca. Fue un partido que pensaban ganar para lograr la calificación, pero sabían que en frente tenían a un rival de respeto, de cuidado, con mucho oficio, todo lo cual se reflejó durante el encuentro.
?Lo que más pesó en nosotros y que al final de cuentas influyó en el resultado, fue cuando Hugo Sánchez falló el penalty, que nos hubiera dado la tranquilidad y confianza que necesitábamos, porque era clave para lograr el triunfo y lamentablemente obtuvimos un empate que dejó en el aire la calificación?, apuntó Félix Cruz Barbosa Ríos, mientras fijaba la vista en el espacio para hacer un acopio de recuerdos.
Crece la presión
Relata que al juego contra Irán llegaron preocupados, muy concentrados, sabiendo lo que representaba ese partido, inclusive, en la reunión que tuvo el grupo dentro de la cancha, se habló de que debían dar el máximo esfuerzo, ya que no podían perder y era obligatorio ganar para calificar a la siguiente ronda.
En el juego contra Bulgaria tiene la fortuna de quedar cerca de la jugada del gol de media tijera anotado por Manuel Negrete.
Un poema de gol
?Dentro de la cancha mi posición quedaba un poco lejana a los delanteros, pero en esa ocasión me quedó estar cerca de esa jugada, ya que debíamos achicar la cancha para no darle mucho espacio a Bulgaria, y aprovechar que por el horario ellos estaban un poco cansados?, recordó con alegría el futbolista lagunero.
Estima que fue un poema de gol, al cual se consideró como el mejor del Mundial de México 86, esta anotación les dio ánimo, confianza y seguridad para pensar en la siguiente fase.
?El segundo gol de ese partido lo anotó Raúl Servín y sentí una emoción muy grande, pues era mi compañero de línea y de equipo en los Pumas, por lo que representó una doble satisfacción, además de que nos dio tranquilidad para sobrellevar el partido y conseguir una victoria de dos a cero sobre Bulgaria?, narró el ex defensa central del Tricolor.
Cuartos de final: un recuerdo para siempre
El juego contra Alemania en cuartos de final tiene un significado especial en la historia personal de Félix Cruz Barbosa Ríos, ese día se acordó de su barrio, de cuando inició como jugador.
?Uno nunca olvida sus raíces ni sus principios en el futbol profesional, nosotros sabíamos que el rival en turno era de mucha jerarquía, una gran potencia mundial, pero en la cancha todo eso lo transformamos en buen futbol y nunca pensamos en la derrota, teníamos la ilusión de ganar ese partido?, aseguró el jugador nacido en la colonia San Joaquín de Torreón.
Cuenta que los 90 minutos de juego fueron muy parejos, les anularon un gol que para él fue legítimo, en los tiempos extras la experiencia de Alemania los superó, ya que en ese lapso se vieron mejor que México.
Después llegaron los penales y fue nominado para ser el quinto ejecutor, estaba tranquilo y confiado en que pudieran llegar al quinto tiro, Félix lo eligió porque es un número muy difícil, ya que decide si ganas o pierdes.
?Lamentablemente, no llegó mi turno para tirar ese penal?, mencionó el ex mundialista mexicano, a quién le tocó hacer marca por zona a Rudy Voller y después a Karl Rummeneggi, su desempeño fue satisfactorio, la muestra es que el marcador se mantuvo cero a cero.
Reconoce que ambos jugadores eran de mucha jerarquía en el Mundial de México 86, y se siente orgulloso de haberlos enfrentado y jugar al nivel de ellos
?El tanto anulado a Francisco Javier Cruz nos afectó en lo anímico, y tuvimos que seguir en el mismo ritmo de juego, buscando el ansiado gol, que nunca llegó y desgraciadamente Alemania nos ganó en penaltis?, concluyó Félix Cruz Barbosa Ríos, el único futbolista lagunero que ha jugado un Mundial.