Un tema de gran preocupación para analistas económicos y sociológicos, en relación con el futuro que les espera a las comunidades de las distintas regiones del mundo en el futuro, es el relativo a la solidez de las familias de dichas comunidades estudiadas.
Varios de esos analistas distinguen entre los conceptos de pobreza y miseria, especificando que el primero de los términos puede tener una implicación meramente económica, en tanto que el segundo denota la carencia de otros elementos de corte menos material pero que afectan a la voluntariedad y la inteligencia de quien se encuentra en los umbrales de miseria y que por lo mismo está en mucho menores posibilidades de salir de esa situación conflictiva por una inadecuada educación.
Pues bien la solidez de las familias es en muchos casos lo que determina la diferencia entre pobreza y miseria, dado que la situación más preocupante se da cuando precisamente por una crisis generalizada en la institución familiar de muchas personas y de muchos países, los niños encuentran un estado de absoluta indefensión para intentar salir adelante y estar en posibilidad de labrarse un destino de crecimiento y realización personal simplemente por la carencia de la educación debida.
Alemania ha sido un país con un gran desarrollo económico que lo ubica como gran coloso de Europa, pero donde existe preocupación por el deterioro del ambiente familiar. En tal virtud ha sido muy bien recibido el nombramiento por parte de la primer ministro Ángela Merkel de la ministra de Familia, Mujer y Juventud: Úrsula von der Leyen, mujer de 47 años de edad que ha conseguido escalar puestos en la política de forma fulgurante y criar al mismo tiempo a nada menos que siete hijos.
Detrás de su frágil aspecto esconde una inteligencia y una voluntad excepcionales. Licenciada en tiempo récord en Economía, más tarde se doctoró en Medicina. En un país que decrece en su población y envejece a marchas forzadas, donde el 30 por ciento de las mujeres entre 34 y 40 años no ha dado nunca a luz y el porcentaje aumenta en el caso de las universitarias, Ursula Von der Leyen se propone invertir la tendencia del crecimiento cero y fortalecer el proceso educador de la familia.
Ha pedido a los ayuntamientos y gobiernos regionales la gratuidad de las guarderías. Quiere introducir un salario adicional, subvencionado por el Estado, para fomentar que uno de los progenitores se quede en casa tras el nacimiento de un hijo. Este sueldo podría ser más alto en caso de que el padre asumiera el cuidado familiar. Otro anhelo es el de invertir esa opinión pública provocada, que desprecia todo lo que tenga que ver con la crianza de los niños. Por lo pronto, está intentando sacar adelante una nueva Ley para que las familias alemanas desgraven de los impuestos los gastos de educación en esos primeros años de vida del niño a la manera como exitosamente lo hizo desde hace años Singapur.