AGENCIAS
PEKÍN, CHINA.- Una tormenta de arena cubrió ayer a la capital china con una capa de polvo amarillento bajo un cielo brumoso, un rito de la primavera en el norte del país.
La tormenta llegó a la zona de la frontera con Mongolia durante el fin de semana y se desplazó hacia el sudeste, hasta la capital ayer por la mañana. Habitantes de la ciudad quitaban el polvo de vehículos, edificios y monumentos. El clima permanecía en calma, pero los meteorólogos vaticinaron una leve llovizna por la noche.
El domingo, los trabajadores municipales salieron a lavar las calles y los sitios en construcción debieron interrumpir sus tareas para disminuir el impacto de la tormenta, indicó la agencia de noticias Xinhua.
Además, según los meteorólogos en esta ocasión no han sido fuertes vientos los que han traído la arena, por lo que ésta ha llegado sigilosamente y casi por sorpresa.
Según Wang Xiaoming, encargado del la oficina medioambiental municipal de Pekín, las partículas que había ayer en el aire eran diez veces mayores (0.1 milímetros) que el polvo habitual.
El nivel de polución en el aire alcanzó la cota cinco, considerada ?de riesgo?, por lo que se espera que las autoridades, como en otras ocasiones, recomienden a los ciudadanos que no hagan excesivo ejercicio fuera de casa, especialmente ancianos y niños. La tormenta de ayer fue la octava, y la peor, que llega a Pekín en lo que va del año.