EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Pedro Infante, el ser humano más idolatrado de la historia reciente de México, aún sigue siendo el rey. A 49 años de su trágico fallecimiento, el ídolo de Guamúchil sigue presente en los hogares del país gracias a la constante repetición de sus películas por la televisión... y ahora también gracias a la novela biográfica titulada Si me Creyeran... Soy Pedro Infante, del escritor mexicano Leonardo Díaz.
En Si me Creyeran... Soy Pedro Infante (Impremex, 2006) se cuenta en primera persona, como si se tratara de una autobiografía, la historia del legendario actor y cantante, que falleció el 15 de abril de 1957 en un accidente aéreo, a los 40 años de edad y cuando se hallaba en la cúspide de su fulgurante carrera. La obra también retoma el mito que durante muchos años prevaleció en México, de que Pedro Infante no murió en ese percance.
El libro trata imaginariamente la perspectiva nostálgica de un hombre querido y que, después de una aparente muerte, mira a la sociedad actual como un fenómeno de sí mismo.
Por otra parte, en este aniversario y a la par del lanzamiento del libro, su familia está pidiendo a los medios no desprestigiar su nombre, pues es toda una figura del cine nacional que además se apuntó muchos éxitos.
Sus primeros filmes no apuntaban hacia la creación de un mito. El resultado de su primera reunión con el director Ismael Rodríguez -Escándalo de Estrellas (1944)- no permitió pronosticar lo que surgiría de esta colaboración. Tuvieron que venir varios títulos, entre ellos ese monumento popular que es Nosotros los Pobres (1947), para que la figura de Infante se incluyera dentro de la mitología del cine mexicano. A partir de entonces su fama, sus películas, sus amores y sus canciones se adentraron en el corazón de una sociedad que lo adoptó como al más querido de sus hijos.