El hábito de succión del dedo es sin duda uno de los hábitos que más preocupa a los padres.
Los problemas que puede producir, afectan tanto la estética como la función, provocando desplazamientos dentales insignificantes, hasta mordidas abiertas anteriores considerables, con movimiento hacia afuera de los incisivos superiores, así como también colapso maxilar y en consecuencia mordida cruzada posterior.
Sabemos que el recién nacido posee un mecanismo bien desarrollado para chupar, y esto constituye su intercambio más importante con el mundo que lo rodea, del cual obtiene su nutrición así como sensación de bienestar, obteniendo seguridad y cariño, que son indispensables para su desarrollo.
La succión digital se ha considerado normal hasta los dos y medio años de edad, si se prolonga puede producir los problemas al inicio mencionados.
Aunque no se sabe la causa o razón específica por la que aparece o persiste esta conducta, podemos mencionar algunas que pudieran tener relación con ésta:
-Falta de atención de los padres al niño.
-Tensiones en el entorno familiar.
-Inmadurez emocional del niño.
-Cambios en el ambiente familiar (el nacimiento de un hermano, ingreso del niño a la escuela, etc.)
Desde el punto de vista bucal el daño provocado por la persistencia de esta conducta depende de tres factores principales:
-La intensidad, es decir la fuerza que aplica a los dientes durante la succión.
-La duración, cantidad de tiempo que se dedica a succionar.
-La frecuencia, número de veces que se realiza el hábito durante el día.
De estos tres factores la duración presenta la función más crítica en los movimientos dentales, una duración de cuatro a seis horas al día origina movimientos dentales importantes.
Es importante mencionar que la mayoría de los intentos por erradicar esta conducta mediante regaños, palabras fuertes, castigos y cualquier otra conducta agresiva sobre el niño que presenta este hábito, han sido contraproducentes porque lejos de eliminarlo, se ha reforzado esta conducta haciéndola más marcada y frecuente.
Sobre cómo podemos manejar este problema diremos que la atención debe ser oportuna, buscando motivar al niño informándole sobre la importancia de dejar este hábito y las consecuencias que tendría si no lo deja, es decir buscar su cooperación para eliminar esta conducta.
Se han utilizado diferentes procedimientos para eliminar este hábito, como son los recordatorios que son la utilización de vendajes adhesivos, o soluciones de mal sabor colocados alrededor del dedo que se chupa.
Si estos procedimientos no dieran resultado, podríamos utilizar otro tratamiento que a mi juicio sería el más recomendable, siendo éste la utilización de una trampa palatina o trampa para dedo, cuyo diseño interrumpe el hábito digital al impedir la colocación del dedo y la satisfacción derivada de la succión, logrando así la eliminación de esta conducta.
Es importante mencionar que la utilización de estos aparatos puede ocasionar ciertos efectos secundarios pasajeros después de su colocación, como serían alteraciones en los patrones de alimentación, fonación y sueño, que desaparecerán en tres o siete días aproximadamente.
Protejamos y cuidemos los dientes de nuestros hijos oportunamente.
?Es la prevención, nuestra mayor preocupación ?.
¡Hasta la próxima!
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