La exposición por largos periodos al Sol puede causar efectos nocivos acumulativos, oxidación, mutaciones en el DNA, y supresión de la inmunidad celular, por lo que favorece la aparición de tumores malignos.
EL UNIVERSAL-AEE
Es hora de ir planeando las vacaciones, de tomar lápiz y papel para hacer una lista de lo esencial para salir a descansar a las playas, montañas o ciudades, y cualesquiera que sea la opción seguramente incluye una buena dosis de sol, lo cual tiene mucho de bueno y algo de malo, debido a los efectos nocivos de la
radiación que del astro rey se desprende.
La doctora Graciela Guzmán, presidenta de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD), cuenta que los efectos del sol sobre la piel pueden ser benéficos en cuanto a la síntesis de vitamina D y la ayuda que brinda para la calcificación de los huesos. Y conseguir esto, dadas las condiciones de latitud de México, con tres minutos diarios es suficiente, dice.
Y llama la atención sobre que "el resto de la radiación puede causar efectos nocivos acumulativos, oxidación y daño de las membranas celulares, mutaciones en el DNA, alteraciones en la síntesis de proteínas estructurales de la piel, activación anormal de los melanocitos y supresión de la inmunidad celular, por lo que favorece la aparición de tumores malignos".
Los expertos de la fundación han preparado una lista que puede ser de utilidad al planear las vacaciones: dicen que hay que tener en cuenta varias mudas de ropa de algodón, seda o fibras de tejido cerrado. Si los rayos solares son fuertes y constantes hay que tratar de cubrir desde el cuello hasta los tobillos con prendas de color oscuro.
Para darse sombra, sugieren sombreros, sombrillas y parasoles, de preferencia oscuros, así como aplicar un protector solar de 15 a 30 minutos antes de la exposición en piel seca. Las mujeres deben emplearlo preferentemente antes del maquillaje. Hay que repetir la operación protección cada tres horas y verificar si
el producto no ha caducado.
Cuando se realizan actividades al aire libre, con sudoración y actividades acuáticas, se recomienda el uso de protectores resistentes al agua, sobre todo en áreas de calvicie, labios, orejas, hombros y dorso de los pies. Y hay que ver más allá y poner en la maleta de mano lentes para sol, ya que protegen la retina, cuando indiquen que contienen protección UV, que filtran la radiación, sobre todo luz ultravioleta B (que causan cáncer).
Los cristales polarizados pueden bloquear los UVA y la luz visible.
Los expertos señalan que al tener actividad al aire libre se debe restringir la exposición al sol entre las diez y las 16 horas. Utilizar sombrillas, gorra o sombrero durante el recreo y deportes son buenas medidas de prevención.
Lo que está prohibido al estar bajo el sol es el uso de medicamentos fotosensibilizantes, de perfumes y cítricos sobre la piel. Quienes han mantenido un trasplante deben incluir fotoprotección y evaluación dermatológica periódica, ya que son personas de alto riesgo para el desarrollo de tumores malignos cutáneos.
La arena, el agua, la nieve y las superficies blancas reflejan más de 60 por ciento de la luz ultravioleta, por lo que la aplicación de filtros solares es importante a pesar de permanecer en la sombra, señalan. La fundación advierte que existen enfermedades inducidas o agravadas por el sol, que requieren especial atención en cuanto a la protección solar (lupus eritematoso, por ejemplo).
