El Siglo de Durango
A escasos 14 días de que se registró la muerte de Adrián Soto Ayala en el exterior de la discoteca Harry Oh!, la madre del joven de 22 años de edad, María Elena Ayala, exige a las autoridades que digan la verdad sobre la muerte de su hijo, ya que asegura que no se encontraba alcoholizado al momento en que recibió los disparos y no tenía rencillas con los responsables.
María Elena Ayala, madre del joven que fuera asesinado el 26 de diciembre en el exterior de la discoteca Harry Oh!, afirmó que su hijo sí trabaja en el lugar, se desempeñaba como jinete del rodeo que se organiza cada fin de semana y que no se encontraba bajo los influjos del alcohol cuando recibió los disparos que le causaron la muerte.
Sin resignarse por la pérdida de su hijo, María Elena Ayala pidió a través de El Siglo de Durango que se hable con la verdad, ya que la muerte de su vástago se pudo haber evitado si los guardias de seguridad del lugar hubieran actuado de manera adecuada al no permitir el ingreso de menores de edad.
Al momento del incidente Adrián Soto llevaba puesto el traje con el que trabajaba como jinete y no había ingerido bebidas embriagantes, ya que por la tarde participó en un evento en el municipio de Mezquital.
Aseveró que el problema se originó cuando salieron de pleito jóvenes menores de edad entre los que se encontraba un primo del occiso; sin embargo, los elementos se seguridad optaron por sacarlos del lugar sin importar que en el exterior continuara la pelea de manera fortuita y no como lo manejaron las autoridades, en el sentido de que había rencillas.
Manifestó que todo esto se pudo haber evitado si los guardias del lugar hubieran actuado de otra forma y si el acceso a menores de edad estuviera realmente restringido.
Responsabilizó a la Coordinación General de Inspección Municipal, que incurrió en la omisión de sus funciones, ya que es prácticamente nula la verificación que realizan en este tipo de lugares donde concurren menores de edad y a los cuales se les venden bebidas embriagantes, y las que presumiblemente están adulteradas.
De acuerdo con algunos testigos, abundó, su hijo salió del Harry Oh! para defender a su primo; sin embargo, lo hirieron por la espalda con un arma de fuego y le causaron la muerte en el sitio denominado El Túnel, que se ubica en el lugar.
CONDICIONES DEPLORABLES DE TRABAJO EN LOS RODEOS
María Elena Ayala además se refirió a que no existe algún tipo de control o vigilancia en la organización de los rodeos, ya que los jinetes que participan en los mismos y que exponen su vida son explotados por los promotores de este tipo de espectáculos.
Recordó que en reiteradas ocasiones su hijo tuvo diferentes lesiones por trabajar en éstos y no hubo alguna persona que se hiciera cargo de los gastos médicos que se originaban; inclusive, Adrián llegó a participar en torneos estatales de Rodeo y nunca se le pagaron los premios en efectivo que se anunciaban para los participantes.
En un ocasión se fracturó una mano y tampoco se le cubrieron los gastos, que fueron del orden de los diez mil pesos; el joven jinete se tuvo que atender en una clínica particular y ni siquiera el Presidente de la Asociación Estatal de Rodeo quizo intervenir para que se le curara la lesión.
Este dinero lo tuvo que sufragar la familia a través del pago de algunas letras; además, en otra oportunidad perdió dos piezas dentales y también de manera personal él tuvo que correr con los gastos.
Por las condiciones de alto riesgo de este tipo de espectáculos, es increíble que los jóvenes que participan en los mismos no cuenten con algún seguro médico, pero desafortundamente de esta forma se trabaja, puntualizó.
Los jinetes son explotados y no cuentan con algún tipo de seguridad social, son múltiples las arbitrariedades que se cometen con las personas que trabajan en un rodeo, enfatizó.
La gran pasión de Adrián era subirse a un caballo, motivo por el que nunca quizo denunciar las condiciones en que se trabaja dentro de este espectáculo; unicamente le comentaba a su familia sobre sus inquietudes. Por ejemplo, en una ocasión el Gerente de la discoteca Estampida también le negó el pago por su trabajo, situación que posiblemente desconozca el dueño de este lugar.
RECIBE AMENAZAS DE MUERTE VÍA TELEFÓNICA
Aparte del sufrimiento que le causó la muerte de su hijo, María Elena ha tenido que sortear situaciones difíciles, ya que ha sido amenazada, apenas la semana anterior, vía telefónica; comentó que la voz de un hombre en dos ocasiones el miércoles pasado le llamó a su casa para hacer algunas advertencias en el sentido de que se quedara callada. De lo contrario, que se atuviera a las consecuencias.
Aunque Adrián trabajaba en algunas ocasiones en la discoteca Estampida y en otras ocasiones en el Harry Oh!, la familia tuvo que pagar los gastos funerarios, aunque cabe hacer mención que en este último lugar fue donde perdió la vida y donde se desempeñaba como jinete.
Aunque su hijo murió en este lugar de diversión nocturna y estas declaraciones no le devolverán a su hijo, María Elena Ayala de manera categórica hace un llamado a las autoridades para que tengan mayor vigilancia en este tipo de lugares porque es innegable el acceso a menores de edad, los cuales ingerien bebidas embriagantes.
Finalmente, recordó que su hijo era una persona tranquila, que no tenía enemigos; muestra de ello fue la cantidad de personas que acudieron a su funeral.