Moscú, (EFE).- La expedición Polo Norte-34, integrada por doce científicos rusos acompañados de dos perros, cumplió seis meses viviendo en un témpano de hielo que flota a la deriva cerca del Polo Norte, informó la organización responsable de la aventura.
El bloque de hielo, de unos 25 kilómetros cuadrados y dos metros de espesor, es desde el pasado septiembre la base para el desarrollo de experimentos y observaciones meteorológicas en el océano Glacial Artico, indicó un portavoz del Instituto del Ártico y la Antártida de Rusia.
Actualmente, el témpano con la expedición Polo Norte-34 (SP-34, según las siglas en ruso) se encuentra en el punto de coordenadas 87 grados 37 minutos latitud norte y 43 grados 27 minutos longitud este, a 260 kilómetros del Polo Norte, dijo el portavoz a la agencia Interfax.
La SP-34 consta de vagones-vivienda, despensa, depósitos de combustible, laboratorios, trineos, tractores, una planta eléctrica, equipos de comunicaciones, y en el hielo se adecuó una pista en la que pueden aterrizar helicópteros.
Permanentemente, los equipos de la SP-34 registran los principales fenómenos atmosféricos en el océano Artico, zona clave para la formación del clima en otras partes del planeta.
A su vez, el témpano de hielo que sostiene la SP-34 está en continuo movimiento con velocidades y direcciones que cambian de forma caótica por el viento, las mareas, las corrientes marinas y otros factores.
"Los primeros seis meses la SP-34 navegó en condiciones meteorológicas complicadas, con cambios de temperaturas bruscos de hasta 30 grados centígrados en intervalos de 24 horas", dijo el portavoz.
Añadió que la suma de todos los desplazamientos del témpano con la SP-34 en seis meses, medidos por satélite, equivalió a 1,630 kilómetros.
Aunque el punto tomado como base (en septiembre) y el punto de coordenadas registrado indican que en línea recta la SP-34 se separó tan solo 450 kilómetros hacia el oeste.
Según los científicos, los primeros seis meses de la expedición fueron especialmente difíciles porque transcurrieron en el denominada noche polar boreal, cuando el sol no se levanta por encima de la línea del horizonte y literalmente el firmamento está en penumbras.
"Psicológicamente, es una de pruebas más duras que deben soportar los expedicionarios", subrayó el portavoz.
Añadió que ahora, tras el comienzo de la primavera boreal, los expedicionarios estarán de mejor ánimo porque el sol cada día se elevará más encima del horizonte.
A comienzos de abril llegará un nuevo grupo de expedicionarios a la SP-34 que traerán a sus colegas regalos, cartas y nuevas raciones de comida con verduras y frutas frescas.
