Una interesante transferencia genética parece restablecer la sensibilidad a la luz de las células en la retina, este sistema podría conducir a los científicos hacia una terapia para restablecer la visión en niños que sufran de ceguera retinal.
Washington, (EFE).- Científicos estadounidenses han dado el sentido de la visión a gallinas antes de que nazcan ciegas, con un sistema de transferencia genética que podría aplicarse para curar una forma de ceguera infantil.
En un artículo publicado en la revista "Public Library of Science Medicine", los científicos de la Universidad de Florida dijeron haber creado un virus que invadió las células fotorreceptoras del embrión animal y transfirió una copia normal de un gen (GC1) cuyo mal funcionamiento iba a ser la causa de la ceguera.
El vector viral fue inyectado en el sistema nervioso en desarrollo contenido en el embrión a través de una pequeña incisión en la cáscara del huevo.
La cáscara fue sellada y el huevo se incubó normalmente hasta producir una cría viva y vidente.
Un defecto genético le habría impedido producir una enzima esencial para el sentido de la visión.
Según los científicos, ese problema es similar a un trastorno genético que sufren los seres humanos, llamado amaurosis congénita Leber Tipo 1.
"Pudimos restablecer la función en las células fotorreceptoras en la retina de un modelo animal (y curar) una enfermedad que es una de las causas más comunes de la ceguera infantil hereditaria", dijo Sue Semple-Rowland, profesora de neurología de la Universidad de la Florida.
"La capacidad de visión de los animales superó todas nuestras expectativas", añadió.
"Se trata de una interesante transferencia genética que parece restablecer la sensibilidad a la luz de las células en la retina", dijo Paul Sieving, director del Instituto Nacional del Ojo, un organismo de los Institutos Nacionales de la Salud que financiaron parcialmente la investigación.
"Un sistema como este podría conducir hacia una terapia para restablecer la visión en niños que sufran de ceguera retinal", añadió.
Los científicos aclararon que, en vez de inyectarse el virus sobre el embrión, los agentes genéticos se aplicarían directamente en el globo ocular del niño en sus primeros años de vida.
Sin embargo, advirtieron de que falta mucho para que el sistema de transferencia de genes saludables en las células fotorreceptoras sea perfecto.