Hay quienes coleccionan estampillas postales. Otros prefieren monedas o campanas. Incluso hay quienes se dan el lujo de coleccionar automóviles. Yo también soy coleccionista, pero no de objetos. Tal vez les parezca un poco extraño, pero me apasiona coleccionar preguntas.
Durante años me he dedicado a recopilar dudas. Tengo cuadernos repletos de preguntas que esperan ser respondidas algún día. En ocasiones mi afán por clarificar mis dudas me ha ocasionado algunos problemas. Cuando estaba en primaria, por ejemplo, le pregunté a la maestra que por qué tenía bigotes, si éstos eran exclusivos de los hombres. La maestra se molestó tanto, que me aplicó el peor castigo que podía recibir un niño: permanecer una hora de pie en medio del patio de la escuela, con los brazos extendidos y, sobre cada uno de ellos, seis pesados libros de matemáticas. Desde ese momento odié a esta materia... y a las bigotonas también.
El día de hoy he decidido compartir contigo parte de mi colección, con la esperanza que sepas responder a esas preguntas que algunas noches me han arrebatado el sueño y que han provocado en mí una obsesión por ser cada vez menos ignorante. Algunas de mis preguntas son:
¿Por qué es imposible dejar la mente en blanco y permanecer un rato sin pensar?
¿Por qué es tan desordenado el teclado de las computadoras?
¿Quién estableció que en unos países debíamos leer y escribir de izquierda a derecha y en otros al revés?
¿Por qué “separado” se escribe todo junto y “todo junto” se escribe separado?
¿Por qué no hay un sinónimo para la palabra “sinónimo”?
¿Los infantes disfrutan la infancia tanto como los adultos el adulterio?
¿Quién estableció lo que es moral e inmoral?
¿Por qué los mosquitos, aparte de picarnos, se preocupan por amargarnos el sueño con sus zumbidos?
¿Por qué el hombre se obsesionó tanto con la fragmentación del tiempo?
¿Por qué no creemos en los milagros si vivimos rodeados de ellos?
¿Por qué en este mundo hasta los ceros, para ser algo, deben estar en la derecha?
¿A quién se le ocurrió que usar corbata era elegante?
¿Por qué se bebe champaña sólo en ocasiones solemnes?
¿Por qué en la antigüedad se preocupaban por encontrar una pócima que garantizara la juventud eterna, cuando en realidad esta sustancia mágica puede ser encontrada en el corazón?
¿Por qué unos temen a la muerte cuando en realidad están muertos en vida?
¿Por qué los maestros castigan a sus alumnos mandándolos a las bibliotecas a leer un libro?
¿Qué hay que hacer si uno ve un animal en peligro de extinción comiendo una planta en peligro de extinción?
¿Si los banqueros son expertos en contar, por qué en los bancos suele haber diez ventanillas y sólo cuatro cajeros?
¿Qué pasaría si un hermano siamés fuese declarado culpable de un asesinato y condenado a morir bajo los influjos de la inyección letal?
¿Por qué la política está en manos de los políticos?
¿Por qué siempre creemos las promesas de los políticos, cuando nunca las cumplen?
¿Dónde estudian los políticos para poder ocupar durante su carrera cargos de los giros más diversos?
¿Quiere el bien del pueblo un candidato que busca obtener los votos a base de regalos y no con el ofrecimiento de propuestas verdaderas de Gobierno?
¿Por qué los políticos están en contra de algunas privatizaciones cuando ellos han privatizado durante décadas los recursos públicos?
¿Por qué en mi trabajo no me ofrecen las mismas prestaciones que obtienen los diputados locales o los regidores?
¿Por cuánto tiempo seguiremos pagando los excesos de nuestros gobernantes?
¿Por qué a veces nos olvidamos de hacer preguntas?
javier_fuentes@hotmail.com