CANATLÁN, DGO.- Dar sentido práctico al estudio para la vida, no para pasar el examen, es uno de los objetivos del nuevo plan de trabajo del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario 28 (CBTA), donde se pretende crear una cultura participativa de los alumnos.
Es necesario revertir los índices tan bajos del muestreo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (Unesco), que colocan a México en el lugar 37 de 44 países en lo referente a matemáticas, lectura y redacción, informó Reginaldo Hernández López, subdirector técnico del CBTA 28.
Dijo que es elemental motivar la curiosidad del alumno en la creatividad, para lo cual en el nuevo plan de estudios el maestro pasará a ser un asesor y conductor de clases.
Según las investigaciones, el promedio por lectura en México de un individuo no llega a un libro por año, lo cual es muy bajo, por eso motivarán el interés por la lectura e impedirán que el joven se bloquee con la televisión o atrofie la mente.
Resulta preocupante cuando los científicos señalan que la persona solamente utiliza el 5 por ciento de su potencial, son muy pocos los que se esfuerzan por la creatividad.
El CBTA tiene 664 alumnos, de los cuales 480 cursan la modalidad de escolarizados, los que asisten a diario a clases y 226 semiescolarizados, quienes solamente se presentan los fines de semana, donde se enumera a los obreros y amas de casa con deseos de superación personal.
De estos últimos han salido dos generaciones, jóvenes que a la fecha estudian en la Facultad de Enfermería, Normal Superior y Facultad de Derecho, todos con buen promedio según el Comité de Seguimiento.
Por los resultados obtenidos, los directivos tienen confianza en superar los niveles académicos, haciendo más práctico el estudio y la formación de los jóvenes, sabedores que en cuanto mejor se prepare el maestro los alumnos podrán ser más capaces en la vida. Este año esperan el egreso de 102 escolarizados y 19 semiescolarizados.
Formación profesional
El Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario 28 es un ejemplo de productividad y en la formación práctica de sus alumnos, a quienes vincula con el sector económico, afirma Reginaldo Hernández López, subdirector técnico.
Los jóvenes salen de esta institución como técnicos, preparados para integrarse al sector productivo. Son capaces de transformar el lácteo en quesos, así como industrializar las frutas y hortalizas.
Cuentan con ocho hectáreas de árboles de manzanos, nogales y peras, además de un establo le leche y carne, producen 200 lechones al año de buena genética.
De esta manera los egresados tienen las herramientas necesarias para ocuparse en una empresa o autoemplearse, sabedores que pueden ofrecer un servicio de mucha calidad, añade Hernández López.
