Señalan los primeros resultados que el ex primer ministro de Aristide es el próximo presidente.
EL PAÍS
PUERTO PRÍNCIPE, HAITÍ.- René Preval, ex presidente de Haití (1996-2001) y ex primer ministro del gobernante derrocado Jean Bertrand Aristide (1991), ha ganado claramente las elecciones presidenciales del pasado siete de febrero, según las estimaciones recogidas por la Red de Observadores Nacionales (RON).
Otras fuentes indicaban ayer que el candidato del movimiento Lespwa (La Esperanza, en créole) rozaba la mayoría absoluta que le daría la Presidencia de la República en la primera vuelta. De no superar el 50 por ciento de los votos el vencedor deberá disputar una segunda vuelta con el otro candidato más votado.
Cinco mil delegados de la RON fueron distribuidos el día de la votación por distintos colegios electorales de todo el país. Previamente, habían sido entrenados por el National Democratic Institute (NDI) de Estados Unidos, especializado en seguimiento de procesos electorales. Las organizaciones internacionales como las autoridades electorales haitianas han expresado públicamente su satisfacción por la masiva participación en los comicios, superior al 70 por ciento, a pesar de las graves deficiencias técnicas que provocaron un considerable retraso del cierre de los colegios.
En algunos puntos todavía se votaba a las diez de la noche. José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), que fue la encargada de elaborar el nuevo registro electoral (3.5 millones de personas), subrayó la actitud de los votantes que ya estaban haciendo fila antes que abrieran los colegios electorales.
?No pasa en ninguna otra parte del mundo?, dijo el político chileno. Por su parte, el jefe de la misión de la ONU en Haití, Juan Gabriel Valdés, también chileno, destacó ?el sacrificio, la alegría y la paciencia de la gente? y la escasez de incidentes en toda la jornada electoral, a pesar que el caos organizativo de las primeras hizo temer lo peor. Sólo hubo actos de violencia en cuatro de los 802 centros de votación en todo el país. La extrema lentitud y los fallos del proceso electoral tienen que ver, según las explicaciones de autoridades y observadores, con la complicación de la consulta a una población con un índice de analfabetismo en torno al 50 por ciento.
En realidad el siete de febrero hubo cinco elecciones, ya que los haitianos votaban al presidente de la República, a los integrantes de la Cámara de Diputados y a tres categorías de senadores, los que permanecerán en su escaño seis, cuatro y dos años, según los votos obtenidos.
Juan Valdés aseguró que las elecciones marcan el comienzo de ?un capítulo de cambio en la historia de Haití?. Desde el punto de vista de esfuerzo internacional, es indudable que los comicios no tienen precedentes en el país caribeño, no muy acostumbrado a votar tras una dictadura de décadas y de periodos de gran inestabilidad política. Los haitianos tienen por primera vez un carné de identidad y un registro electoral, y una Fuerza militar y policial de Naciones Unidas de diez mil hombres ha garantizado la seguridad.
Muestra alejamiento
René Preval rehusó ser el candidato oficial del partido Lavalas (Avalancha) tras el derrocamiento de Jean Bertrand Aristide, en febrero de 2004. Su distanciamiento del gobernante exiliado en Sudáfrica empezó a percibirse cuando éste todavía estaba en el poder.
En las fiestas conmemorativas de los 200 años de la independencia de Haití, el primero de enero de 2004, Preval brilló por su ausencia. Su voz tampoco se escuchó cuando Aristide fue obligado a dimitir en medio de una violenta revuelta. Inscribió su candidatura en el último momento, cuando su nombre no figuraba en ninguna lista de presidenciables.
Sus detractores le recuerdan su vinculación con Aristide y le dedican duros calificativos, que incluyen la corrupción y los vínculos de las bandas armadas que han sembrado el terror en los barrios más pobres y superpoblados de Puerto Príncipe. Es en estos antiguos bastiones del ex sacerdote salesiano que gobernó Haití hasta febrero de 2004 donde Preval mantiene un amplio apoyo. Los defensores del antiguo régimen confían en su triunfo para recuperar posiciones y, hasta para lograr un eventual regreso al país de su líder.
