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Daniel Brühl hace cine con profundidad

El País

MADRID, ESPAÑA.- El actor de Good Bye, Lenin!, Daniel Brühl, estrena la cinta Cargo, una historia sobre las miserias de la inmigración. Claustrofobia a bordo de un barco cochambroso.

Se disculpa por el pelo de ?nazi?, por pedir una ensalada verde y una botella de agua, en lugar de ?un poco de comida de verdad y una cerveza?. Porque sólo lleva 24 horas en Madrid y en 50 minutos tiene que marcharse apresuradamente hacia San Petersburgo. Existe una explicación para todo esto.

En realidad, dos: John Malkovich y la película en la que compartirán cartel. ?Es la historia de un gulag, un campo de concentración soviético tras la Segunda Guerra Mundial. Tengo que perder un montón de peso para hacer de prisionero alemán. Me esperan 50 figurantes rusos que están en los huesos. Los alemanes del reparto parecemos unos salchichones?.

Malkovich ha pedido adelantar el inicio del rodaje, y por eso la promoción de Cargo -la película que protagoniza junto a Peter Mullan y Luis Tosar- ha ido a cámara rápida. En Cargo, una historia cruda y claustrofóbica, escrita por Paul Laverty, guionista de Ken Loach, Daniel interpreta a un mochilero para el que las cosas se ponen tan feas en Ghana que acaba en un carguero rumbo a Marsella.

A bordo, la ley la dicta la tripulación, que se deshace por la borda de los polizones africanos para evitar problemas en la frontera de destino. ?Es una historia bastante más común de lo que parece?, explica en castellano Daniel Brühl, de 27 años, el actor alemán y catalán a partes iguales que el mundo descubrió en Good Bye, Lenin! ?Las organizaciones hablan de unos 300 inmigrantes asesinados así al año. Sólo en España?.

ENTREVISTA

-Director y guionista británicos, actores españoles, rodaje en Barcelona. Por el bien de la construcción europea? ¿Quiénes beben más?

Los británicos tienen bastante saque. Peter Mullan, sin duda (risas).

-¿Y quién es más duro, Peter o Luis Tosar?

Los dos son bastante caguetas (risas). Me lo pasé muy bien con Luis. Tiene un talento cómico que hace que me parta. Algo no muy indicado para una película tan seria. Hay un figurante que fue Mister Universo. Ése sí que era duro.

-Un 90% de la película transcurre en un barco roñoso. ¿Cómo es pasar dos meses en un sitio así?

Bastante claustrofóbico. No sé cómo se lo hizo el camarógrafo. Los pasillos, los camarotes? Todo era muy estrecho. El barco no andaba y lo tenían que remolcar a mar abierto para rodar. Cuando terminábamos, teníamos que hacer turnos para irnos porque no había barcas suficientes. Aunque casi fue peor en Ghana? El peor sitio en el que he estado.

-No es el país africano de peor fama.

En teoría, no. La gente huye de otros estados para refugiarse en Ghana. Pero yo estuve en un mercado en el que se vendían esclavos. Eran niños.

-¿De verdad viste eso?

No. Lo oí. Un día, durante una pausa, un chico quiso entrar en el autobús de maquillaje en el que yo descansaba. Teníamos guardas con metralletas. Lo atraparon y lo machacaron a golpes. Yo salí y les recriminé lo que estaban haciendo. Me empujaron a golpes adentro. Montaron al crío en el jeep y se lo llevaron, no quiero saber adónde.

-Cargo, como tus demás películas, parece elegida porque encierra un cierto mensaje.

Trato de hacer cine con profundidad. Es lo menos que les debo a mis espectadores. Me gusta embarcarme en historias en las que aprendo algo.

-Como la reunificación alemana o la situación de los inmigrantes?

Exacto. En la que empiezo mañana sabré algo más de Stalin. Mató a 30 millones, tío. Lo que yo aprendí en el colegio fue lo que hicimos nosotros. Los rusos fueron los más brutales de los aliados.

-Desde Good Bye, Lenin! has hecho cinco películas alemanas, que en el mejor de los casos se consiguieron estrenar discretamente en España.

Éxitos como el de Good bye no se dan todos los días. Los Edukadores, mi anterior película, funcionó bien. ¿Sabes que he terminado mi primer guión? Estoy orgulloso.

-¿Qué tal vas con el catalán?

Molt bé. Tuve un coach para rodar Salvador (aún pendiente de estreno).

-Dos nacionalidades, doble ración de tópicos.

Alemanes y catalanes se parecen bastante. Peseteros, un poco cerrados? (risas). Yo me quedo con lo mejor de ambos. Por eso vivo entre Barcelona y Berlín.

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