Quizá lo que usted necesita para triunfar sea ser diferente a los demás.
Claro que todo ello en el plano positivo.
Si a su escuela llega al igual que los demás, puede tardar en sobresalir.
En cambio, si lo hace antes, los puntos empezarán a anotarse en su cuenta personal.
En el trabajo, si llega barriéndose a la hora que le marcan, no pasará nada, será igual que muchísimos más.
En cambio si lo hace no sólo a tiempo sino más temprano, entrará en la breve lista de los cumplidos y si hay estímulos por puntualidad, estará a la cabeza del listado.
Si se concreta a las rutinas, nada pasará, sacará sus tareas adelante, como los demás. En cambio si empieza a innovar, a analizar, a estudiar sus quehaceres con más atención, podría encontrar cosas interesantes, y empezaría a hacer cambios que con el tiempo le ayudarían a mejorar, no sólo en el plano personal sino también en el colectivo.
Cierta vez, en dos esquinas de nuestra ciudad, dos amigos iniciaron un puesto de venta de tacos. Tenían la misma fórmula y despachaban bien. No les iba mal. Pero un día, uno de ellos empezó a hacer algunas innovaciones. Agregó una mejor salsa y un simple limón, luego vendió refrescos y mejoró su trato a los clientes. Al poco tiempo la clientela estaba en su esquina mientras su amigo de enfrente se quedó solo y quebró.
En su mismo trato personal con las personas sea usted diferente, amable, respetuoso, pronto la gente lo empezará a distinguir con su saludo y con su amistad.
Es sencillo triunfar cuando tenemos el ánimo de ser diferentes y mejores.
Cuando se es del montón, usted podrá vivir quizá sin problemas, pero no sabrá lo que es destacar, distinguirse de los demás por su modo diferente.
